Este artículo se publicó hace 14 años.
Hip-hop y punk comparten escenario en el festival Rock En Seine
Rock En Seine, uno de los principales festivales de música de Francia, se ganó un puesto en la historia del rock el año pasado cuando la banda británica Oasis se separó tras una pelea de los hermanos Gallagher minutos antes de subir al escenario.
Este ya era un festival exitoso que el director y fundador François Missonnier podría haber seguido celebrando sin que ocurriese el incidente.
"Es sin duda el peor recuerdo desde que comenzó Rock En Seine. Fue como si repentinamente el tiempo se alargara. El estrés y la energía utilizados en esas pocas horas para asegurarnos de que la fiesta no se convirtiera en algo amargo equivalió a un año de trabajo", dijo Missonnier a Reuters.
Para empeorar las cosas, la edición de 2008 también tuvo un momento crítico, cuando la cantante de soul Amy Winehouse canceló su actuación a última hora, llevando a algunos a hablar sobre la maldición del Rock En Seine.
"Alguien me dijo que tendría más posibilidades de ganar la lotería a tener estas cancelaciones dos años seguidos. Por supuesto espero que esto pare (...) si hubiésemos incluido a The Libertines este año, se hubiera visto como una burla", bromeó.
La turbulenta banda británica The Libertines se presentará para celebrar su regreso en los festivales de Reading y Leeds a finales de agosto.
Missonnier hablaba mientras ajustaba los detalles para la maratón musical de tres días, ahora en su octavo año, que se celebrará a cabo del 27 al 29 de agosto en el característico parque del siglo XVII Saint-Cloud, cerca de París.
Este año cerca de 40 actuaciones en tres escenarios incluirán a los exitosos y pioneros del trip-hop Massive Attack, a los rockeros independientes canadienses Arcade Fire, a los británicos Roxy Music y a la banda punk estadounidense Blink 182.
Los seguidores del rock independiente podrán bailar junto a The Kooks, Foals, Beast, Two Door Cinema Club, Plan B o Chew Lips.
El festival también dará una oportunidad a los presentaciones locales, como la sensación electro-rock parisina I Am Un Chien o Roken Is Dodelijk, de Lille, en el norte de Francia.
"Nuestro desafío es seguir siendo interesantes y emocionantes para las personas que aman el rock y viven en el área de París", dijo Missonnier.
"Para hacer eso siempre elegiremos un artista que no se haya presentado en París durante el año. Eso fue lo que hicimos con MGMT o The Klaxons el año pasado", agregó.
El bono por los tres días de Rock En Seine cuesta 99 euros. Una entrada por un día sale 45 euros. Pero se pueden ver al menos cinco bandas por día, lo que es una propuesta "económica" en comparación a pagar 30-40 euros para ver solamente una de estas bandas en un concierto normal y corriente, explicó Missonnier.
Al preguntarle qué artista le gustaría tener para alguna edición del festival, Missonnier respondió: "El sueño que creo es poco probable que ocurra sería tener a David Bowie. Por otra parte, me encantaría tener a The Strokes muy pronto".
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