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Holl explica que Oriente ofrece al arquitecto la oportunidad de hacer realidad su utopía

EFE

El arquitecto estadounidense Steven Holl, cuya obra se extiende por todo el mundo y que, últimamente, como los grandes de su oficio, trabaja más en los países de Oriente en expansión, asegura a EFE que él y sus colegas encuentran en esos lugares "la oportunidad de hacer realidad sus utopías".

Convencido de que el arquitecto está "en manos del cliente", pues el resultado, dice, "es una colaboración entre ambos, al 50 por ciento", Holl ya descubrió en su primer viaje a Oriente a "un tipo de comprador especial".

"Un cliente con una cierta ambición dotada de ingenuidad, con el deseo de hacer una arquitectura vanguardista y ecológica", explica Holl, quien acaba de recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Artes, dotado con 400.000 euros.

Como ejemplo, el arquitecto cuenta cómo llevó a Beiging la idea de un "Proyecto Híbrido" donde concibió una ciudad en sí misma con 8 torres y un lago central con puentes que unían los rascacielos, más espacios de ocio, trabajo, cultura....

"Hubo un gran silencio tras mi exposición. Y al final dijeron: '¡Vamos a hacerlo todo!'. Y, aunque la mitad de ese proyecto estaba sólo en mi cabeza, pronto empezamos a construirlo", continúa Holl.

Recibir el Premio de la Fundación BBVA está para Holl cargado de "significado" al englobar su categoría a todas las artes, pues entiende la arquitectura como "el arte madre" por "su poder de transformar y mejorar nuestra vida".

Fundó su estudio en Nueva York en 1976 y siente "humildad" por recoger este galardón en España, por considerarla "en primera línea de la cultura arquitectónica desde hace más de 20 años".

La carrera de Holl dio un salto con la construcción del Kasma Museo de Arte Contemporáneo de Helsinki, que se inauguró en 1998, y fue elogiado por su innovadora forma de adecuarse a las necesidades de los artistas y de resaltar sus obras.

"El Kasma rompió los moldes de las ideas preestablecidas sobre los museos", dice. Y se explica: "la gente tiene ideas controvertidas sobre los museos: por un lado está esa caja blanca, minimalista y neutra que roba la luz de las obras de arte. Un fracaso, un mal ejemplo de ese tipo es el Moma de Nueva York".

"En el otro lado se encuentra ese edificio expresivo que no ofrece el entorno adecuado a la obra de arte, donde el museo se convierte en un objeto 'per se', lo que pone en un compromiso su propia razón de existir", comenta Holl, para luego añadir: "Yo encontré una tercera vía arquitectónica con espacios llenos de energía y expresión, pero con esa neutralidad precisa para acoger y dejar que brillen las obras de arte".

Esa tercera vía la ha aplicado después en el Museo de Arte de Nelson-Atkins de Kansas; y recientemente en el Centro de Arte de la localidad de Herning en Dinamarca, que se inaugura el próximo 5 de septiembre.

Holl, un arquitecto humanista cuya prioridad ha sido siempre adaptar sus obras al entorno -ya sean grandes proyectos como viviendas unifamiliares- con el fin de salvaguardar el medioambiente, ha visto en sus 30 años de carrera discurrir su disciplina por etapas tan diferentes que su ánimo ha pasado, de un marcado pesimismo inicial, al optimismo que hoy le embarga.

"Hace 30 años -apunta- se vivía un momento reaccionario en América, el postmodernismo, donde los elementos históricos se usaban sin pensar, sin cuidado alguno; lo que dio como resultado unas construcciones y proyectos urbanísticos muy negativos. Le siguió el deconstructivismo, también reaccionario, pues ignoraba los elementos esenciales de la arquitectura frente al argumento del estilo".

Holl cita a un profesor suyo para ilustrar el momento actual: "Un edificio tiene que ofrecer aún más cuando entras, de lo que ves cuando lo miras desde fuera".

"Hoy tenemos la suerte de que la guerra de estilos ha quedado atrás y el trabajo arquitectónico tiene mayor nivel, sobre todo porque hay un tipo de clientes ilustrados que generan ese tipo de arte. Además, contamos con el potencial tecnológico que permite hacer una arquitectura ecológica y, a la vez, de gran intensidad artística".

"La mejor arquitectura es la que está en equilibrio con el espacio y la luz que la inspiran, pero que, por otro lado, posee un alto grado de funcionalidad", concluye Holl.

Mercedes Cerviño

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