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Los hombres de negro examinan si la banca española necesita más ayudas

Los inspectores de la troika llegan este martes para evaluar los progresos de la reforma del sistema financiero y el cumplimiento de las reformas acordadas para recibir el rescate bancario

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Nueva visita de los hombres de negro. Los inspectores de la troika (la Comisión Europea, el BCE y el FMI) visitan España a partir de este martes para revisar la reforma del sector financiero, en medio de los comentarios entre expertos y el sector sobre la necesidad de que la banca necesite nuevas inyecciones de dinero. La misión, la tercera de este tipo, servirá para evaluar los progresos en las reformas que el Gobierno español pactó con sus socios europeos en julio del año pasado a cambio del cambio del rescate bancario.

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La misión de los inspectores de la CE y el BCE será más larga de lo habitual, dado que tienen previsto realizar visitas a varios bancos, además de las habituales reuniones con representantes de las administraciones públicas. La troika tiene previsto evaluar el decreto andaluz antidesahucios, que prevé la expropiación temporal de pisos a la banca, para determinar si se ajusta a los requisitos del memorándum de entendimiento del rescate bancario. Se espera que la misión permanezca en España alrededor de diez días, frente a los cinco que duró la anterior, y que sus conclusiones se publiquen en los primeros días del mes de junio.

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El plan de asistencia financiera a España, aprobado en julio de 2012 por los países de la zona euro, puso a disposición de España una línea de crédito de 100.000 millones de euros a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), de los que se han utilizado unos 40.000 millones. Los fondos se han utilizado para recapitalizar en primer lugar las entidades nacionalizadas Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia y Banco de Valencia y posteriormente otras con necesidades de capital como Liberbank, Caja3, BMN y España-Duero (CEISS). Además, también se han destinado 2.500 millones para el capital de la sociedad Sareb, el del banco malo.

 La Comisión Europea considera que ha habido avances importantes en la situación de la banca, pero admite que "la estabilización se ha producido en una situación difícil, por eso todavía es vacilante, incompleta y, por supuesto, sujeta a riesgos". De momento, ni Bruselas ni el propio Gobierno de Mariano Rajoy consideran pedir más dinero del rescate para inyectar a la banca más allá de los 40.000 millones que ya se han utilizado.

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Pero algunos analistas y banqueros temen que la factura del rescate pueda subir, ya que el empeoramiento de la economía está dificultando los primeros intentos del Gobierno para vender las entidades nacionalizadas y amenaza la viabilidad del banco malo. Estos medios creen que podrían ser necesarios más fondos públicos para facilitar la colocación de las entidades rescatadas y mantener en funcionamiento la Sareb.

El banco malo asumió activos tóxicos del ladrillo por valor de 50.700 millones de euros. Fuentes del sector bancario temen que el banco malo pueda tener más dificultades de las previstas para desarrollar su plan de negocio e ir vendiendo sus activos inmobiliarios, y pueda necesitar más capital. El dinero tendrían que inyectarlo los accionistas del banco malo (el Estado, los bancos sanos, aseguradoras y otras entidades; el sector privado representa el 55% del capital).

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En el caso de las entidades nacionalizadas, después de de no conseguir vender CatalunyaBanc en febrero (los eventuales compradores exigieron mayores garantías contra futuras pérdidas), el Gobierno se vio obligado en abril a inyectar 245 millones adicionales en el Banco Gallego para lograr su venta a Banco Sabadell por un euro. Aunque sea una cantidad pequeña comparado con los miles de millones ya inyectados en el sistema, la necesidad de un aumento de capital reveló las preocupaciones relacionadas todavía con las entidades rescatadas.

España todavía posee la totalidad de tres bancos, incluyendo Bankia, controla otra entidad, Banco Mare Nostrum, y podría acabar controlando Banco CEISS, si su venta a Unicaja no prospera.

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 Estos bancos y otros saneados son cada vez más vulnerables a la morosidad. La mayoría de los bancos sostienen que han acumulado suficiente capital para contrarrestar las crecientes provisiones para la morosidad, pero algunos analistas todavía creen que varias entidades  tendrán que hacer más para protegerse de los problemas al margen del sector inmobiliario.

Además, el Banco de España ha endurecido los criterios contables de las refinanciaciones, una medida que forzará a la banca a reconocer una morosidad mayor, y, en consecuencia, a aumentar las provisiones para cubrirla: algunos medios calculan que, en conjunto, las provisiones se tendrán que elevar en 18.000 millones, que saldrían los beneficios de las entidades sanas, o de mayores inyecciones de recursos por parte del Estado.

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