Este artículo se publicó hace 15 años.
Los homosexuales suecos celebran poder casarse
Los homosexuales suecos podrán desde hoy formalizar sus relaciones en un matrimonio, gracias a la nueva normativa aprobada hace un mes, aunque deberán esperar al menos varios meses si quieren celebrar una ceremonia religiosa.
La Iglesia Nacional Luterana, de la que son miembros más del 70 por ciento de los suecos, ha aplazado su respuesta oficial al sínodo que celebrará el próximo otoño, debido al desacuerdo existente entre los obispos de las 13 diócesis de que se compone.
Las posturas van desde la aceptación sin problemas del matrimonio entre homosexuales en los templos, que defiende la diócesis de Lund; a las que piden una discusión teológica al respecto, como la de Uppsala; las que son partidarias de dos ceremonias distintas, como la de Växjö, o las que defienden adaptar el actual ritual.
La diócesis de Estocolmo, en cambio, no ha hecho pública ninguna postura oficial al respecto y ha preferido mantenerse callada hasta la celebración del sínodo.
Las discusiones en el seno de la Iglesia Luterana sueca obedecen más a cuestiones de matices -el uso de la palabra "matrimonio"- que a otra cosa, ya que fue una de las primeras del mundo en aceptar un ritual especial de bendición para los homosexuales registrados como pareja de hecho en 2005 y que entró en vigor un año después.
Varios líderes eclesiásticos ya se manifestaron públicamente hace dos años a favor de los matrimonios entre homosexuales en las iglesias, siempre que no se usara la palabra "matrimonio".
Independientemente de la decisión de la Iglesia, las parejas de homosexuales sólo deberán cumplir un requisito para unirse por lo civil, el mismo que las de heterosexuales: un certificado oficial que demuestre que ninguno de los contrayentes es menor de edad o está ya casado, y que no son parientes en primer grado.
La ley del matrimonio neutro, como se la conoce en Suecia, fue aprobada el pasado 1 de abril por 261 votos a favor y 22 en contra y con el apoyo de seis de las siete fuerzas del Parlamento, contando sólo con la oposición del Partido Cristianodemócrata, uno de los cuatro integrantes de la coalición gubernamental de centro-derecha.
Con la adopción de esta nueva ley, Suecia se une a otros países que ya permitían el matrimonio entre personas del mismo sexo como Holanda, España, Bélgica, Canadá, Sudáfrica y Noruega, además de los estados de EEUU de Massachusetts y California.
La nueva legislación, que supone la desaparición de la normativa sobre parejas de hecho de 1995, era la "reivindicación política más antigua" de la Asociación Nacional para la Igualdad Sexual (RFSL), la organización más poderosa en defensa de los derechos de los homosexuales de Suecia y fundada en 1950.
Así la ha definido su vicepresidenta, Ulrika Westerlund, quien recibió un beso en la boca en público de la líder socialdemócrata, la heterosexual Mona Sahlin, a la salida del Parlamento, el día en que la normativa fue aprobada.
Según datos de la RFSL, en Suecia hay 4.258 parejas de homosexuales registradas, que ahora podrán formalizar en matrimonio su unión con una notificación a las autoridades o una ceremonia.
"Más y más gente ha renunciado estas semanas a convertirse en pareja de hecho y han preferido esperar a la nueva ley", ha explicado Westerlund estos días.
Entre las parejas que han decidido celebrar una ceremonia figuran Maria Sjödin y Joanna Hagström, dos lesbianas comprometidas con la lucha por el matrimonio homosexual y que ya habían enviado las invitaciones de boda, que se celebrará el 6 de junio en Älvkarleby, al norte de Estocolmo, antes de haber sido aprobada la ley.
Y para festejar ese logro histórico han encargado una alfombra roja de 17 metros de largo y bautizado la boda como "Älvkarleby va a Manhattan", inspirándose en la popular serie de televisión "Sexo en Nueva York", según ha confesado Hagström en su blog.
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