Este artículo se publicó hace 15 años.
Honduras firma un pacto que abre la puerta al retorno de Zelaya
Los negociadores del Gobierno de facto de Honduras y del depuesto presidente Manuel Zelaya firmaron el viernes un acuerdo final que allana el camino para la vuelta al poder del mandatario, lo que pondría fin a la crisis que ha mantenido al país centroamericano dividido y en tensión durante meses.
Las comisiones negociadoras presentaron el acuerdo en el Congreso, donde unos 500 partidarios de Zelaya celebraron el acuerdo envueltos en camisetas y banderas rojas ante la mirada de la policía antidisturbios.
el mayor socio comercial de Honduras -, los bandos rivales llegaron a última hora del jueves a una salida para resolver la peor crisis política que ha vivido Centroamérica en dos décadas, desatada tras el golpe de Estado del 28 de junio que derrocó a Zelaya.
El pacto era necesario para que la comunidad internacional reconozca los comicios presidenciales del 29 de noviembre y fue considerado una victoria diplomática para la administración de Barack Obama.
El Congreso hondureño será el que decida en los próximos días sobre la restitución de Zelaya. Y la Corte Suprema, que había ordenado a los militares derrocar a Zelaya bajo supuestos cargos de violar la Constitución, sólo dará una opinión.
al que tuvo acceso Reuters - no establece un plazo para la votación, aunque dice que a más tardar el jueves debe haber un Gobierno de unidad nacional formado por miembros de varios partidos y organizaciones.
No obstante, uno de los negociadores del presidente de facto Roberto Micheletti señaló por la noche que habrá obstáculos para que el Congreso decida antes de los comicios.
"En este momento, el Congreso está en suspensión de sesiones y entiendo de que han programado la reanudación de las mismas después de las elecciones", dijo Armando Aguilar Cruz, en una rueda de prensa en la casa de Gobierno.
La perspectiva de Zelaya era otra.
"Hemos dado el primer paso", dijo a la cadena CNN Zelaya, quien desde hace meses intenta volver al poder con el apoyo de la comunidad internacional y se encuentra refugiado desde finales de septiembre en la embajada de Brasil.
Una comisión, coordinada por la Organización de Estados Americanos (OEA), supervisará el cumplimiento de los acuerdos.
Las presiones de Washington, representado por una misión encabezada por el secretario de Estado adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, llevaron al Gobierno de Micheletti a ceder en su oposición al regreso de Zelaya.
"Estoy contento por el resultado, el final lo va a protagonizar el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia y los otros organismos del Estado", dijo a la radio HRN Micheletti, designado por el Congreso como presidente interino tras el golpe.
Desde Washington, Shannon dijo sobre la restitución de Zelaya a periodistas: "Ambas partes han indicado que se atendrán a ella (la decisión del Congreso) y nosotros les creemos".
"Diplomáticamente, Estados Unidos fue el mayor ganador con el acuerdo" apuntó la analista de Eurasia Heather Berkman.
EN MANOS DEL CONGRESO
El Congreso tendrá ahora en sus manos el destino de Zelaya, que tiene que convocar una sesión para tratar el asunto después de que se pronuncie la Corte Suprema. Los analistas consultados creen que la restitución es muy probable.
"No estaría (la comisión de Zelaya) proponiendo ir al Congreso si no esperara una resolución positiva", dijo Efraín Díaz, analista político hondureño.
En la aprobación puede ser clave el Partido Nacional, que tiene la segunda mayoría en el parlamento y encabeza la oposición, pero el viernes no se pronunció.
El Partido Nacional responde al candidato que lidera las encuestas para las elecciones de noviembre, Porfirio Lobo, que dijo que respetaría el resultado de un acuerdo y además necesita que Zelaya retome su mandato para que la comunidad internacional reconozca las elecciones y él gane legitimidad como eventual mandatario.
"Si la Corte y la fiscalía dicen que la restitución es lo más viable, para mí esta bien", dijo el diputado nacionalista Darío Munguía, pero advirtió de que si la Corte determina que es ilegal, no votará a favor.
El acuerdo también implica la renuncia de Zelaya a cualquier intento de reforma de la Constitución para permitir la reelección presidencial, lo que junto a su simpatía por el mandatario venezolano, Hugo Chávez, detonó su derrocamiento.
Honduras, uno de los tres países más pobres del continente, vive protestas desde hace meses y algunos choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad dejaron varios muertos.
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