Este artículo se publicó hace 15 años.
Una hormona induce la madurez en los animales
La dopamina hace que las ratas pasen del apego a sus padres al instinto de sobrevivir
Aprender a evitar situaciones que pongan en peligro la propia integridad física es esencial para todo ser vivo. Los individuos jóvenes de muchas especies, como perros o primates incluido el ser humano, nacen completamente indefensos, dependiendo totalmente de los cuidados de al menos uno de los progenitores. Un equipo de neurocientíficos ha estudiado qué cambios se producen en el funcionamiento del cerebro al crecer.
Según concluyen en un artículo publicado hoy en Nature Neuroscience, la transición de un instinto a otro está asociada al aumento del neurotransmisor dopamina, segregado en respuesta a la corticosterona, la hormona producida en situaciones de estrés.
En las primeras etapas de la vida, el criterio más importante para la supervivencia del bebé o cachorro es permanecer lo más cerca posible de su cuidador, independientemente de la calidad de los cuidados proporcionados por este. Los investigadores sometieron a cachorros de ratas a un experimento en el que se les daban unas descargas eléctricas al mismo tiempo que se emitía un olor. Las ratas de 12 días evitaban el olor asociado a las descargas, mientras que las ratas de ocho días no lo hacían, prefiriendo quedarse lo más cerca posible de la madre. Analizando los neurotransmisores presentes en sus cerebros, los científicos encontraron que la cantidad de dopamina era mayor en las ratas de más edad.
En cambio, cuando a los cachorros más jóvenes se les inyectaba corticosterona, su comportamiento era el mismo que el de los individuos de más edad. Un análisis molecular reveló que la corticosterona aumenta la expresión de los genes vinculados a la producción de dopamina en la amígdala.
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