Este artículo se publicó hace 15 años.
Desde hoy los clientes podrá elegir quién les suministra la electricidad
A partir de hoy, coincidiendo con la entrada en vigor de la tarifa de último recurso que será un 2% más cara que la actual, cualquier consumidor en España podrá elegir libremente quién le suministra electricidad, pues la liberalización del sector será una realidad.
Desde hoy, la empresa distribuidora y la comercializadora ya no serán la misma y se espera que poco a poco aumente la competencia entre estas últimas compañías -las que facturan- que se deberían animar a bajar precios y hacer ofertas para captar clientes.
La principal novedad es que las compañías dueñas del cable que llega a cada domicilio o negocio y de los contadores eran las únicas que podían vender electricidad a un precio regulado, y sin embargo, ahora se dedicarán en exclusiva a construir y mantener las redes, además de a leer los contadores y a prestar los servicios de averías.
Por eso, aparece un nuevo concepto de empresa, la comercializadora, que será la que nos venda la electricidad y que cada cliente tendrá derecho a elegir.
No obstante, si ningún cliente ha decidido aún qué empresa quiere que le aporte la electricidad, y por tanto, no ha hecho ninguna gestión, no le pasará absolutamente nada, es decir, seguirá teniendo luz en casa y su compañía "de siempre" le habrá asignado a la filial del mismo grupo como suministradora.
Además, si su potencia está por debajo de 10 kilovatios (kW), lo más común en los domicilios, el cliente pasará a estar acogido a la denominada Tarifa de Último Recurso (TUR), la única que existirá y cuyo precio será un 2% superior a la actual, decidió ayer el Gobierno.
Con ese aumento, un consumidor medio verá encarecida su factura unos 0,70 euros al mes, hasta finales de año, cuando se volverá a revisar la TUR.
Para que los colectivos más vulnerables económicamente puedan afrontar esta subida de una forma menos "dolorosa", el Ejecutivo ofrece el "bono social", por el que se congela la tarifa eléctrica vigente a la entrada en funcionamiento de la TUR para unos cinco millones de hogares.
Eso sí, sólo podrán disfrutar de ese bono, previa solicitud, las familias numerosas, con todos sus miembros en paro, o los pensionistas con prestación mínima; y de forma automática, los consumidores con una potencia por debajo de 3kW en su primera vivienda.
Conviene saber que la TUR tendrá dos modalidades: una en la que la electricidad se paga al mismo precio durante todo el día (como una tarifa plana) y otra que cuenta con discriminación horaria, un periodo en el que la luz será más barata (horas valle) y otro en el que se facturará a un precio superior (horas punta).
Para poder tener esta tarifa con discriminación es necesario disponer de un contador capaz de discernir a qué horas se consume.
Sin derecho a acogerse a la TUR y obligados a ir al mercado liberalizado estarán gran parte de las empresas (incluidas pymes) e incluso domicilios con grandes dimensiones, con una potencia superior a 10kW.
Por eso, éstos deberán buscar ofertas en el mercado y contratarlas con el comercializador que ofrezca lo más adecuado a sus necesidades.
Si dichos clientes no hacen nada, no se quedarán sin suministro eléctrico, pero se les aplicará un recargo sobre su tarifa actual que aumentará un 5% trimestralmente hasta el 1 de abril de 2010, es decir, en el acumulado un 20%.
Durante estos nueve meses, recibirán ofertas de diferentes compañías comercializadoras y si, transcurrido ese tiempo, no han suscrito ninguna, se inicia otro periodo transitorio hasta noviembre de 2010 en el que pagarán el precio de la TUR más un 20%.
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