La organización Human Rights Watch (HRW) pidió hoy a Estados Unidos que presione a Filipinas para que admita la implicación de sus fuerzas de seguridad en la ola de asesinatos extrajudiciales y procese de inmediato a los responsables.

HRW instó al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que se verá hoy las caras en Washington con su homóloga filipina, Gloria Macapagal Arroyo, que le reproche la inacción de su gobierno en este asunto.

"Es triste que la cifra de comisiones y grupos de trabajo establecidos para investigar la violencia es mayor que el número de militares condenados por la misma", aseguró en un comunicado Sophie Richardson, una portavoz del grupo defensor de los derechos humanos.

Los asesinatos políticos continuarán mientras no se castigue a los culpables, añadió.

El número de casos se ha reducido de forma notable en los últimos meses, pero sólo siete personas han sido condenadas por estos crímenes, y entre ellas no hay ningún integrante de las fuerzas de seguridad.

El relator especial de la ONU para las ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston, exigió hace un año a las autoridades un "cambio de actitud" y que reconocieran la gravedad de la ola de violencia.

HRW mantiene que policías y militares filipinos libran una "guerra sucia" contra la oposición de izquierda, como parte de una estrategia premeditada dentro de la lucha contra la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo.

Identifican como miembros de la guerrilla a cualquier militante progresista, sindicalista o defensor de la reforma agraria.