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De la huelga, al diálogo

Los clubes rebajan la amenazas de parar el fútbol en la víspera de la Asamblea de hoy

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José Luis Astiazarán, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, fue tan enérgico como veloz en su condena a la modificación de la llamada Ley Beckham. Desde el primer momento, amenazó con la posibilidad de un paro del fútbol como reacción al cambio de la norma y puso el grito en el cielo por la manera en la que se habían hecho las cosas, sin consultar a los clubes.

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Sin embargo, la virulencia remitió y Astiazarán rebajó ayer las medidas de presión en la víspera de la asamblea extraordinaria que se celebrará hoy en la sede de la LFP a las 11.00 horas. Parar el fútbol queda como una opción muy secundaria. Es turno de negociar. "Siempre hay espacio para dialogar, pero para ello es necesario que las dos partes estén en la misma posición. Somos un colectivo con capacidad de negociación y lo hemos demostrado", señaló el presidente de la LFP.

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Astiazarán, que ayer habló por teléfono con el Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, continuó con su discurso crítico y alarmó de las consecuencias del cambio. "El fútbol tiene influencia en el PIB, crea empleos indirectos y muchas familias viven de él", resaltó.

Los presidentes del los clubes que conforman la LFP también se pasaron el día colgados al teléfono contactando con sus homólogos para encontrar una postura común. Enrique Cerezo, presidente del Atlético, comentó a este periódico que no iba a asistir a la asamblea y remitió a la Liga "para cualquier comentario". Tampoco Francisco Mendoza, del Recreativo, confirmó su asistencia y remarcó que "no iba a opinar sobre la ley". Manuel Vega-Arango, del Sporting, declinó hacer comentarios, "hasta que no tenga más información sobre el tema". Francisco Pernía, presidente del Racing, selañó que su equipo "se solidarizará" con las medidas tomadas, aunque no le afecte, "porque nosotros hacemos los contratos en bruto". El dirigente cántabro descarta la huelga "porque este es un problema menor".

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Eduardo Bandrés, máximo mandatario del Zaragoza, no quiso comentar nada, aunque un portavoz del club señaló que se estaban "haciendo contactos con el resto de clubes para ir con una postura única". En la misma línea está Tomeu Vidal, presidente del Mallorca. "La Liga debe poner en conocimiento de los grupos parlamentarios sus impresiones acerca del proyecto para abrir el debate y no precipitarnos", señaló.

Pero no sólo los directivos del fútbol opinaron ayer sobre el tema. Así, el capitán del Real Madrid, Raúl, se mostró muy conforme con la reforma propuesta porque "todos tienen que jugar con las mismas normas".

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