Este artículo se publicó hace 15 años.
Huelga en Francia por la crisis económica
Cientos de miles de franceses se manifestaron el jueves por las calles de las principales ciudades demandando aumentos salariales y protección del empleo, para intentar forzar al presidente Nicolas Sarkozy a tomar más medidas por los trabajadores de a pie.
Las calles se llenaron de manifestantes con banderas, pero la huelga de un día no llegó a paralizar el país y el apoyo de los trabajadores del sector privado pareció ser limitado.
Con la caída de la noche, mientras las concentraciones de París se disolvían, hubo algunos enfrentamientos con la policía, lanzando botellas, volcando coches e iniciando un fuego en la calle, pero no se declararon importantes brotes de violencia.
Los líderes sindicales alabaron los paros y las marchas, la primera vez que las ocho federaciones sindicales francesas unieron sus fuerzas contra el Gobierno desde que Sarkozy tomó posesión en 2007.
"Este es uno de los días más grande de acción obrera en los últimos 20 años", dijo François Chereque, jefe del sindicato moderado CFDT.
"El Gobierno ha adoptado medidas para los bancos, pero hoy son los trabajadores los que están sufriendo", dijo Charles Foulard, un técnico en una refinería gestionada por Total.
"Esta crisis procede de Estados Unidos, es la burbuja financiera que está explotando. No corresponde a los trabajadores pagar por ello", dijo mientras una multitud se concentró en la plaza de la Bastilla en París, lugar de nacimiento de la Revolución Francesa.
En una extraña demostración de unidad, los ochos sindicatos nacionales elaboraron una lista de demandas conjunta al Gobierno y las empresas, a las que acusan de usar la crisis como pretexto para despedir trabajadores y recortar costes.
AUMENTO DEL DESEMPLEO
Sarkozy adoptó un tono conciliador y dijo que las preocupaciones de la población eran "legítimas".
"Esta crisis impone el deber de escuchar a las autoridades públicas, de mantener un diálogo, y al mismo tiempo una fuerte determinación a actuar", dijo en un comunicado, añadiendo que se reuniría con los líderes sindicales el mes próximo para estudiar las reformas previstas.
Aunque Francia no se enfrenta al mismo tipo de problemas económicos que están alcanzando a España o Reino Unido, su tasa de desempleo está creciendo sostenidamente. En noviembre del año pasado llegó a 8,5 millones de personas, un aumento del 8,5 por ciento interanual. La Comisión Europea ha predicho que alcanzará el 9,8 por ciento este año y el 10,6 por ciento en 2010.
Los analistas han previsto que la economía se contraerá hasta el 2 por ciento en 2009 y Sarkozy ha anunciado un plan de estímulo económico de 26.000 millones de euros, centrado principalmente en alentar la inversión y en proteger a los sectores principales.
Pero los dirigentes sindicales han dicho que debería seguir el ejemplo británico y ofrecer ayuda a los consumidores.
"Desde hace varios meses, especialmente desde que explotó la crisis, hemos estado pidiendo al Gobierno varias medidas, sobre todo para ayudar a impulsar el aumento del gasto de los consumidores", dijo Jean-Claude Mailly, líder del sindicato Fuerza Obrera.
"Hasta ahora no hemos tenido ninguna respuesta, y cuando no obtienes diálogo, entonces haces una demostración de fuerza", declaró a Reuters.
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