Santiago Cortés lleva parado cerca de un año y ya no cuenta con las ayudas por desempleo que ofrece la Administración. Este granadino, de 38 años y padre de cuatro hijas, decidió el jueves pasado ponerse en huelga de hambre y encerrarse en la parroquia de su barrio, Casería de Montijo. El motivo: Caixa Galicia subastará su casa mañana miércoles debido a un impago hipotecario que supera los 30.000 euros y que se remonta al mes de octubre. “He movido cielo y tierra para poder saldar mi deuda y pagar cada mes los 540 euros de préstamo, pero ya no me quedaba otra. Las entidades financieras no entienden de crisis”, explica.

El afectado asegura: “no pago porque no puedo, no porque no quiera” y pide al banco “un voto de confianza” y una medida alternativa, por ejemplo, una renegociación de la hipoteca, ya que la entidad financiera rechazó los 407 euros de subsidio por desempleo que percibe Santiago, y acogerse a las ayudas ICO del Gobierno “fue imposible porque para adherirse a ellas tienes que estar al día en el pago de las letras”.

Desde que Santiago inició su protesta, decenas de personas se han volcado con él y su familia y le han ofrecido ayudas económicas, pero también apoyo moral. Incluso, un empresario del municipio de la Zubia se ha ofrecido a contratarle. Pero, hasta ahora, la entidad a la que debe los últimos siete recibos de su hipoteca no se ha dirigido a él, según explica. “No me moveré de aquí hasta que mi situación no encuentre salida, a pesar de que me duela que mis hijas y mi mujer me vean en la calle”, sostiene.