La huella del Barroco y el Renacimiento en Dalí se muestra en Roma

Una exposición del pintor catalán Salvador Dalí inaugurada hoy en Roma muestra su universo surrealista en cuadros, fotografías y objetos que atestiguan la influencia del Renacimiento y el Barroco italianos en el artista, así como la huella que el maestro de Figueras dejó en Italia.

La muestra "Dalí. Un artista, un genio", que se puede visitar en el monumento a Vittorio Emmanuele hasta el 1 de julio, exhibe bocetos, cuadros, esculturas, fotografías, vestuario de teatro y hasta una motocicleta Vespa que Dalí (1904-1989) decoró para unos visitantes que recalaron en su casa de camino a Roma.

En las obras expuestas se vislumbran referentes artísticos del pintor catalán como los pintores, escultores y arquitectos del Renacimiento y del Barroco italianos Rafael, Bramante, Palladio, Miguel Ángel o Bernini, pero también contemporáneos suyos como el pintor malagueño Pablo Picasso, al que visitó en París durante su juventud.

Recogen estas influencias los cuadros "El día de Miguel Ángel" (1928), "Eco geológico de la Piedad" (1982) o "Composición con tres figuras 'Academia neocubista'" (1926), donde el "lenguaje daliniano" y el de Picasso se unen en una simbiosis perfecta.

Esta es la primera exposición del genio del surrealismo en Roma después de 60 años, y los organizadores -entre los que están la Fundación Gala Salvador Dalí y los departamentos de Cultura español e italiano- han recopilado soportes muy distintos que dan al visitante una impresión muy rica de la trayectoria del pintor.

Junto a referentes pictóricos como el elefante surrealista de largas patas de "Elefante con obelisco" o retratos de su musa, Gala, como "El pie de Gala. Pintura estereoscópica" (1976) hay homenajes a otros artistas, como "Mesa frente al mar. Homenaje a Eric Satie" (1926) y lienzos que recuerdan su Cataluña natal, como "Cadaqués visto desde la torre del cabo de Creus" (1923).

La muestra hace hincapié en el vínculo de Dalí con Italia, que no se limita a la mera influencia en su pintura de los maestros renacentistas o barrocos, sino que es además una relación real durante toda la vida del principal exponente pictórico del surrealismo.

Según relató el propio Dalí en su autobiografía fue su musa y compañera durante gran parte de su vida, Gala, quien le redescubrió a los grandes maestros italianos y le hizo volver la mirada hacia Italia.

Así, una parte relevante del material expuesto son fotografías del maestro de Figueras en Italia, como las relacionadas con varias visitas entre las que se recoge el encuentro en 1959 del pintor y Gala, con el papa Juan XXIII.

El catalán tuvo una relación muy estrecha con el mundo del cine, y especialmente con el italiano, que vivía en esos momentos su época dorada, tal como acreditan muestras de correspondencia exhibidas en Roma, como un telegrama que le envió en 1964 el director Federico Fellini, o una carta que el surrealista español mandó a Luchino Visconti en 1948.

Además, en la muestra pueden verse fotografías de Dalí con personajes del mundo del cine americano como Sofía Loren o Paul Newman, patrones de vestuario para teatro y cine e imágenes del rodaje de una película homenaje que recreaba la vida del artista.

Sofía Diezma