Este artículo se publicó hace 14 años.
Los huérfanos de Haití, en peligro ante los traficantes
Los menores haitianos que quedaron huérfanos o separados de sus padres por el catastrófico terremoto del 12 de enero afrontan la creciente amenaza de los traficantes de niños o las adopciones ilícitas, según el Gobierno haitiano y grupos de ayuda.
Las autoridades temen que traficantes sin escrúpulos intenten explotar el caos y los disturbios sociales que siguieron al seísmo para sacar a niños indefensos del empobrecido país a través del aeropuerto o de la frontera terrestre con República Dominicana.
Una unidad policial encargada de proteger a los menores envió oficiales a la frontera, pero las autoridades dijeron que al igual que cualquier otra institución haitiana, la unidad ha quedado gravemente afectada por el terremoto que causó la muerte de al menos 120.000 personas y probablemente más.
"Estamos muy preocupados porque hay crecientes informaciones de niños que están siendo secuestrados y enviados fuera del país", dijo Kent Page, portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Sin embargo, no tenía detalles de casos específicos.
Las autoridades también temen que grupos legítimos de ayuda hayan sacado del país a huérfanos para ser adoptados en el extranjero antes de dar por acabados los esfuerzos por hallar a sus padres.
Como resultado, el Gobierno haitiano detuvo la semana pasada ese tipo de adopciones.
"No hay dudas de que tanto las ONG (organizaciones no gubernamentales) o instituciones de cualquier tipo pueden coger a los niños de las calles (para adopción) y decir que son huérfanos", dijo el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive, expresando sus temores de que eso pueda estar ocurriendo.
No hay estimaciones fiables del número de niños sin padres que se encuentran en riesgo en la capital haitiana, destrozada por el terremoto. Es común ver menores hambrientos y sin hogar valiéndose por sí mismos en la ciudad.
Cerca de 700 niños que perdieron el contacto con sus padres durante el terremoto han sido registrados y ubicados en campamentos, mientras se realizan los esfuerzos de reunificación, dijo Page, de UNICEF.
Sin embargo, en un indicio de la magnitud del problema, una organización de caridad para niños que opera en el vecindario de Delmar 31 en la capital dijo que ha identificado 3.000 niños que considera en peligro.
Algunos menores se unieron a bandas de saqueadores la semana pasada, atacando tiendas en el principal distrito comercial de la ciudad en búsqueda de comida o bienes para vender, dijo Alveus Prospere, presidente de la Organization for a Better Future for Children.
Varios otros han sido acogidos por parientes o vecinos que ahora viven en campamentos improvisados donde la comida es escasa.
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