Este artículo se publicó hace 17 años.
El huevo de Fabergé para Rothschild bate récords al alcanzar 12,5 millones de euros
Un huevo con un reloj de cuco de diamantes fabricado por el joyero ruso Carl Fabergé para la familia Rothschild batió hoy tres récords mundiales al alcanzar un precio de 12,5 millones de euros (18,5 millones de dólares) en una subasta de la casa Christie's de Londres.
La exquisita joya, uno de los tan sólo doce huevos de Fabergé (1846-1920) conocidos en el mundo, se convirtió no sólo en el objeto ruso por el que más se ha pagado hasta la fecha en una subasta, sino también en la obra del famoso joyero y el reloj más caro vendido en una puja.
Esta excepcional pieza de artesanía, que hasta ahora nunca había sido expuesta en público, fue el regalo que Beatrice Ephrussi de Rothschild, esposa del multimillonario banquero ruso Maurice Ephrussi, le hizo a Germaine Halphen en 1905, tras anunciarse el compromiso de la joven con el hermano menor de Beatrice, el barón Edouard de Rothschild.
Después de diez tensos minutos en una abarrotada sala de Christie's, un comprador privado ruso se adjudicó la pieza por una cifra que supera los 18 millones de dólares que, como máximo, los expertos de Christie's esperaban recaudar con la venta.
Prácticamente desconocido hasta el momento, puesto que su existencia tan sólo figuraba en los registros privados de la familia, el huevo ha sido el plato fuerte de las jornadas rusas que la casa de subastas celebra desde el pasado día 26 y hasta el 29 de noviembre en la capital británica.
"Éste es uno de los momentos más emocionantes de mis cuarenta años de carrera" afirmó hoy el director internacional de obras de arte rusas de Christie's, Anthony Philips.
Destacó cómo "el huevo de Fabergé para los Rothschild reúne todos los elementos de una auténtica obra de arte: la calidad de la artesanía combinada con sus excepcionales condiciones, su rareza, su procedencia y el hecho de que es el único ejemplar que ha siguió siendo siempre propiedad de la familia que lo encargó".
De dimensiones excepcionalmente grandes, el huevo fue realizado en 1902 por el técnico jefe del taller de Fabergé, Michael Perchin, quien lo hizo descansar sobre un pedestal en cuya decoración se combinan diversos matices de oro con esmalte rosa semitransparente.
En la parte frontal del huevo descansa un reloj, dentro del cual se halla un cuco elaborado con diamantes que, cada hora, se asoma, mueve sus alas cuatro veces y asiente con la cabeza mientras abre y cierra el pico para cantar.
La fascinante actuación del pequeño cuco dura quince segundos, tras los cuales una campanada marca la hora exacta.
La joya, que en los últimos dos meses ha sido exhibida en Londres, Moscú, París, Ginebra y Nueva York, representa uno de los tres únicos ejemplares de huevos Fabergé con reloj y cuco conocidos hasta el momento: el "Huevo Imperial con Cuco", de 1900, y el "Huevo Chanticler", de 1904.
Entre 1885 y 1916, Fabergé creó medio centenar de huevos para los zares Alejandro III y Nicolás II, que los utilizaban como regalos de Pascua para las emperatrices.
Sin embargo, sólo se conoce el paradero de una docena de aquellas joyas imperiales, que se hallan en manos de coleccionistas privados y museos, y a los que ahora se suma el ejemplar subastado hoy porque, a pesar de que el joyero lo realizara para otro cliente, no pierde en calidad, según la casa de subasta.
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