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Hungría se aúpa como firme defensora de la nueva cultura del agua en torno al Danubio

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Hungría, en el corazón de Europa, ha mostrado hoy en su Día Nacional en la Expo de Zaragoza la especial relación que este país sin mar mantiene con el agua, articulada en torno al Danubio y que sigue los postulados de la nueva cultura del agua.

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El presidente de la república magiar, Lászlo Sólyom, ha presidido hoy los actos conmemorativos de la celebración del Día de Hungría en la Expo, acompañado por el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, y que han comenzado con un minuto de silencio en recuerdo de las 154 víctimas mortales del accidente aéreo ocurrido en Barajas el pasado miércoles.

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Sólyom ha repasado las abundantes reservas de agua dulce de su país, una nación articulada en torno a un río, el Danubio, y que además de contar con múltiples fuentes, manantiales y termas presume de tener el mayor lago de Europa central y occidental, el Balaton, considerado el "mar de Hungría", con 77 kilómetros de largo y 4 ó 5 de ancho de promedio.

Esta "riqueza excepcional" en cuanto a recursos de agua se ve sometida, sin embargo, a ciclos hídricos "caprichosos" que marcan el desarrollo del turismo, la industria y los transportes, a pesar de las regulaciones llevadas a cabo en el siglo XIX.

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Los húngaros, según su presidente, están redescubriendo las tradicionales formas de gestión hídrica, no agresivas, y su aplicación actual, y son conscientes de que la preservación de este enorme patrimonio, exige "esfuerzos constantes".

Pero también requiere de la cooperación y la "comprensión" de los países vecinos, y más en el caso de la gestión del Danubio, columna vertebral de Centroeuropa que atraviesa diez países en sus 2.888 kilómetros de recorrido.

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Lászlo Sólyom ha recordado que hoy día una de cada cinco personas padece escasez de agua potable en un mundo cada vez más poblado y con más necesidades, reales o no, de consumir este recurso.

Y con una gestión hídrica moderna, ha añadido, se podría reducir en un cuarenta por ciento el consumo actual de agua.

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Sólyom ha elogiado a Zaragoza por la "espectacular" organización de la Expo, que marcará la imagen de la capital aragonesa durante décadas, ha dicho, pero que aún es más encomiable por el lema elegido, que afecta a toda la humanidad y, aún más, a las generaciones venideras.

En representación del Gobierno de España, Diego López Garrido ha recordado que a partir de 2010 España, Hungría y Bélgica compartirán la presidencia de turno de la Unión Europea con el fin de solucionar problemas comunes.

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Entre ellos el de la cada vez más común escasez de agua, derivada entre otras cosas del "pernicioso fenómeno" del cambio climático, que amenaza seriamente las reservas de agua.

Por ello, hay que luchar para que abrir un grifo y que salga agua no sea "un privilegio al alcance sólo de los países más desarrollados".

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Sin medidas "audaces" y sin empeño en poner en práctica los principios de la nueva cultura del agua, la "grave situación" actual aún "podría agravarse", según López Garrido.

Antes de participar en la Expo en los actos del día de su país, Lászlo Sólyom visitó el Ayuntamiento de Zaragoza, donde su alcalde, Juan Alberto Belloh, le entregó la Llave de Oro de la ciudad.

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Después, en declaraciones a los medios el propio Belloch se ha referido a los "muchos puntos de coincidencia" entre la capital de Hungría, Budapest, y Zaragoza, puesto que ambas tratan de articular sus esencias en torno al río.

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