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Hungría y Europa conmemoran la apertura de fronteras entre Este y Occidente

EFE

Numerosas personalidades de toda Europa y Estados Unidos conmemoraron hoy en Budapest el 20 aniversario de la apertura de las fronteras entre Hungría y Europa Occidental, lo que marcó el inicio del derrumbe del sistema comunista en la región.

Entre los asistentes a un acto solemne en el Parlamento de Hungría acudieron representantes de una treintena de países, entre ellos seis presidentes y dos primer ministros.

Los oradores destacaron hoy el valor histórico de la apertura de la frontera, que calificaron de "valiente, simbólica e histórica", entre otros.

El actual presidente federal de Alemania, Horst Koeller agradeció "en nombre de todos los alemanes la señal y solidaridad enviada por los húngaros".

Por otra parte, calificó de "valiente" la apertura de la frontera y mencionó concretamente a Miklós Németh, quien fue primer ministro húngaro en aquellos días.

Hoy hace 20 años, el 27 de junio de 1989, el entonces ministro de Exteriores magiar, Gyula Horn, y su homólogo austríaco, Alois Mock, cortaron en un acto simbólico la alambrada que dividía los dos países y las dos partes de Europa.

Ofrecían así una oportunidad a los alemanes de la antigua República Democrática Alemana (RDA) para escapar hacia el Occidente.

El parlamentario estadounidense David Price transmitió el mensaje del presidente Barack Obama, que en su carta enviada a los reunidos aseguró que la apertura de la frontera "fue un importante acontecimiento histórico".

Este hecho, prosigue el mensaje de Obama, hizo posible poner fin a "la época comunista y a que cambiase el mapa político de Europa".

En su discurso, el presidente federal austríaco, Heinz Fischer, destacó que la caída del telón de acero demostró que "las dictaduras nunca pueden sentirse seguras" y este sentido llamó la atención a que "el pueblo de Irán también tiene derecho a la libertad", frase que fue acogida con grandes aplausos de los participantes.

Fischer asimismo recordó que posteriormente las dictaduras en los países de Europa del Este "cayeron como las fichas de dominó".

De todas formas, la apertura de la frontera como un hecho simbólico fue considerada por los participantes entre los principales acontecimientos históricos de la lucha contra el comunismo en la región, tanto como la revolución antisoviética de Hungría en 1956, la Primavera de Praga de 1968 o el movimiento de la Solidaridad en Polonia de la década de los 1980.

"Las ansias de libertad de los pueblos se hicieron realidad en 1989", aseguró Günter Verheugen, vicepresidente de la Comisión Europea (CE), al subrayar que Europa todavía "no cumplió los mensajes de hace 20 años".

Europa tiene que ser abierta y ningún país debe puede ser mantenido alejado de la comunidad si cumple con los requisitos de su admisión en la unión, dijo Verheugen.

El presidente de Hungría, László Sólyom, manifestó que la apertura de la frontera fue consecuencia de los acontecimientos políticos internos, con un partido comunista ya muy debilitado.

"La alambrada cortada se convirtió enseguida en un símbolo que hizo entender a todo el mundo lo que estaba pasaba aquí", agregó.

El 11 de septiembre de 1989 el gabinete magiar anunció que todos los ciudadanos de la RDA podrían cruzar la frontera hacia Austria, algo de hicieron unas 30.000 personas, un camino que también eligieron después polacos y checoslovacos.

Las conmemoraciones concluirán esta noche en la Ópera de Budapest, donde los dignatarios asistirán a un concierto titulado "El nacimiento de la libertad" y a la lectura de fragmentos de documentos oficiales de la época de la apertura de la frontera.

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