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La imagen de Olmert, cuestionada tras la declaración de un testigo en el caso de corrupción

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La imagen pública del Ehud Olmert quedó hoy en entredicho después de que el principal testigo en una investigación de presunta corrupción revelara que entregó al primer ministro sobres de dinero en efectivo como donaciones y para su uso personal.

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La acusación la hizo el empresario estadounidense Morris Talanksy en una vista oral ante el tribunal del distrito de Jerusalén, donde reconoció que prestó a Olmert sumas que ascienden a unos 150.000 dólares en el transcurso de 15 años para gastos personales, donaciones o préstamos.

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Talansky, cuya declaración podría considerarse como testimonio legal si el primer ministro resulta imputado por este caso, agregó que al menos parte de esa cantidad nunca le fue devuelta por Olmert.

"Mantuve una estrecha relación con él, pero deseo agregar que fue puramente de admiración, nunca me beneficié de ella personalmente", manifestó el testigo.

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Agregó que sus ideas políticas sobre Israel y el sionismo estaban en sintonía con las de Olmert, razón por la que se decidió a apoyarle financieramente.

"Sentía una gran admiración por él", reveló el empresario, que dijo apreciar su "habilidad para dirigirse a la gente" y sus ideas sobre la necesidad de mantener "Jerusalén unida" en una época, los noventa, en que el actual primer ministro aspiraba a ser alcalde de la ciudad.

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Olmert, quien ha sido sospechoso en al menos cinco casos de corrupción aunque nunca ha sido llevado ante la Justicia, fue interrogado en dos ocasiones en semanas recientes por la Unidad de Fraude de la Policía en relación a esta última investigación.

El primer ministro admitió a principios de mes que recibió dinero de Talansky para sus dos exitosas campañas políticas a la Alcaldía de Jerusalén en 1993 y 1998, el intento fallido de liderar en 1999 el partido Likud, así como otras primarias de esa formación en 2002.

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La ley electoral israelí limita expresamente las donaciones a políticos a poco más de centenares de dólares.

Sin embargo, la fiscalía calcula que Olmert podría haber recibido de Talansky hasta 500.000 dólares en ese período, aunque ambos niegan haber violado la ley.

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El empresario, de 75 años, admitió que hizo contribuciones "legales" al mandatario israelí, con las que ayudó a pagar campañas electorales y gastos personales en concepto de préstamo.

Entre las contribuciones estaría una cantidad de entre 25.000 y 30.000 dólares que Olmert habría solicitado para financiar en 2004 sus vacaciones familiares en Italia.

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Talanksy también asegura que prestó a Olmert otros 15.000 dólares y le pidió que se los devolviera lo antes posible, deuda que el primer ministro aún no ha saldado.

Otro de los préstamos que aún no han sido reembolsados es una cuenta de 4.700 dólares por una estancia de tres días en el hotel Ritz-Carlton de Washington, así como otros importes utilizados para que el político viajase en primera clase en avión.

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Talansky dijo al tribunal que ayudó a financiar la campaña electoral de Olmert a la alcaldía de Jerusalén en 1993 y que siguió dándole dinero cuando era ministro de Industria y Comercio, cargo que desempeñó hasta marzo de 2006.

Dijo no tener conocimiento sobre el uso que se dio a los fondos y declaró: "Sólo sé que le gustaban los cigarros caros. Le encantaban los bolígrafos y los relojes".

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En su declaración, el empresario también indicó que Olmert trató de ayudarle en una iniciativa empresarial y le presentó a importantes magnates estadounidenses, aunque negó que los pagos facilitaran ese presunto tráfico de influencia y constituyeran sobornos.

"Nunca esperé nada a cambio; deseaba que finalmente se convirtiera en un gran líder", aseveró Talansky, que reveló que desde que Olmert es primer ministro sólo lo ha visto en una ocasión.

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Pese a que Talansky imploró entre lágrimas a los jueces que le permitieran regresar lo antes posible a EEUU, la corte ordenó prolongar su estancia en Israel ante la posibilidad de que se requiera continuar con su interrogatorio en la investigación.

La Fiscalía considera a Olmert sospechoso de fraude, abuso de confianza, evasión de impuestos, violación de la llamada Ley del Regalo y no declaración de los ingresos de efectivo.

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