Este artículo se publicó hace 14 años.
El impago de dos pagas extras y una deuda de 4.000 euros de la tarjeta, móvil del crimen de Olot
El impago de dos pagas extras, la de Navidad y la de Julio, así como una deuda de la tarjeta de crédito de unos 4.000 euros aparecen como el móvil de los cuatro asesinatos cometidos por Pere Puig en Olot, según han explicado el abogado de la acusación, Carles Monguilod, y la letrada defensora, Nuria Masó.
El juez de Olot ha decretado hoy el ingreso en prisión sin fianza para Pere Puig, el albañil de 57 años que el pasado miércoles mató con un fusil de caza mayor en un bar al constructor Joan Tubert y a su hijo Angel Tubert, para los que trabajaba, y poco después disparó mortalmente contra los empleados de la Caja Mediterráneo (CAM) de la localidad gerundense Rafael Turró y Anna Pujol.
El acusado ha confesado hoy ante el juez la autoría de los cuatro asesinatos, según Monguilod y Masó, aunque el primero ha detallado que Pere Puig pretendía matar también a otras dos personas, el propietario del bar escenario de los dos primeros crímenes y un cliente habitual del local, pero que no los encontró.
Por contra, la letrada ha señalado que su defendido disparó contra quienes había en el establecimiento en ese momento y contra los que tenía algún tipo de problema.
El abogado de la familia Tubert ha negado que el constructor, para quien trabajaba Pere Puig, pretendiese despedir a éste o que le hubiesen firmado un talón sin fondos para saldar la deuda que mantenían con él, aunque Nuria Masó ha explicado, respecto al primero de estos posibles móviles, que "algo había de esto".
Según Carles Monguilod, el único móvil para asesinar al constructor y a su hijo era esa deuda de dos pagas extras y del sueldo de dos semanas del actual mes que ascenderían, en su opinión, a unos 2.400 euros, aunque Nuria Masó entiende que había "más cosas".
La explicación dada ante el juez por Pere Puig, según Masó, es la de que "con el pan de su mesa no juega nadie", así como que se sintió "dominado por una serpiente en el estómago y en el cerebro".
En el caso de los dos empleados de Caja del Mediterráneo asesinados, Monguilod ha mencionado una deuda crediticia de unos 4.000 euros, de la que al parecer tendría pendiente el pago de unos intereses que, al entender del acusado, eran injustos.
Sin embargo, la letrada de la defensa ha asegurado que el crédito era "por una cantidad superior a 4.000 euros" y que el acusado creía tenerla saldada, aunque realmente no era así, versión que coincidiría con la falta del abono de los intereses.
El abogado particular de la familia Tubert se ha declarado "impactado" por la "frialdad" en la confesión ante el juez de Pere Puig, quien habría explicado que el pasado miércoles decidió vestirse de cazador antes de cometer los crímenes, porque iba "a cazar, en este caso personas", ha puntualizado el letrado.
En cambio, Nuria Masó ha insistido en que su defendido se había declarado "arrepentido" y en que había pedido perdón a las familias de las víctimas.
Coincidiendo con la declaración de Puig ante el juez, Olot ha acogido el entierro de dos de los asesinados el pasado miércoles, los empleados de la oficina de la CAM Anna Pujol y Rafael Turró.
Varios centenares de personas han acudido a ambas ceremonias, y esta tarde está previsto el entierro del constructor y de su hijo tras un oficio religioso en la iglesia de Sant Esteve.
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