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"Es imposible lograr un consenso con Kirchner"

Luis Tonelli. Profesor titular de la Universidad de Buenos Aires

F. PEÑA

Este profesor titular de la Universidad de Buenos Aires lleva dos décadas diseccionando la política argentina. Columnista de reconocido prestigio, sus reflexiones sobre Néstor Kirchner y el escenario político abierto con su llegada al poder se han convertido en lecturas obligadas para conocer la compleja realidad de Argentina.

¿Por qué son tan importantes estas elecciones legislativas?

Porque trascienden la cuestión formal de una elección legislativa. Depende del contexto político. La elección de Cristina Fernández no fue crítica porque su triunfo era claro. Estas sí lo son porque hoy su popularidad en declive. Hay posibilidades para el surgimiento de una alternancia.

¿Cómo analiza el contenido de la campaña?

Muy vacío. La explosión del sistema de partidos ha dejado estructuras que son aprovechadas desde lo mediático. Es el caso de Francisco De Narváez, que tiene los medios, pero que necesita apoyarse en otra estructura. Partido y candidato mediático se aprovechan. Esta alianza, sin embargo, ha servido para poner a Kirchner en jaque.

Pero la oposición puede no aprovecharlo

Kirchner nacionalizó la elección de Buenos Aires porque era más seguro para sus intereses. Paradójicamente, esta apuesta ha aumentado el riesgo de su derrota. Aún puede ganar, por la fragmentación de la oposición, y todos los caciques provinciales que ahora se muestran en su contra, pueden pedir perdón y volver a su redil.

¿Cómo ve a Kirchner como animal político?

No le cabe la idea de hegemonía o de mayorías congeladas. El kirchnerismo es un núcleo de poder muy pequeño que cuando adquiere o pierde poder se cierra. Para él no tener poder es compartir. Una visión contraria al consenso y a la construcción política. Es difícil formar parte del kirchnerismo.

¿Por qué el Gobierno de Cristina Fernández se ha cerrado aún más en sus círculos de poder?

Porque es el kirchnerismo en estado puro. Se ha producido una degradación del poder. Al kirchnerismo le encanta la depuración de cargos. Cuando se va Lavagna (ex ministro de Economía) dice 'me lo cepillé al Pálido'. Cuando cae Alberto Fernández (ex jefe de Gabinete), también. Con el conflicto con el campo, que decidía hacia dónde iba Cristina, el Gobierno quedó encerrado en un sendero distinto al que se podía pensar y aborta la idea de la construcción política de Fernández.

Entonces, no intuye un Gobierno de consenso...

Kirchner no lo hizo en 2003 con el 23% de los votos. Yo esperaba un Gobierno de conciliación nacional y Kirchner le hizo bajar al jefe del Ejército un cuadro de Videla. ¿Por qué hacerlo ahora? Yo me río de los analistas que dicen que estará obligado a consensuar. Es imposible.

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