La Infanta Cristina celebra en Washington el mes de la Herencia Hispana

La infanta Cristina, acompañada por su marido, Iñaki Urdangarín, acudió anoche en Washington a la ceremonia que da comienzo al mes de la Herencia Hispana en EEUU, a la que también asistieron el presidente de EEUU, Barack Obama, y su esposa Michelle.

Obama, que pronunció un discurso durante la gala, comenzó su alocución con una mención a la presencia de la infanta en el acto, algo que consideró "un honor" para el país.

Antes de comenzar la ceremonia, a su llegada a la alfombra roja, la infanta Cristina, que reside en Washington con su familia, dijo en unas declaraciones a Efe que tanto ella como su marido se sentían "honrados" de acudir a la gala.

La infanta eligió para la ocasión un elegante modelo compuesto por una blusa blanca de manga larga y unos pantalones azul marino, conjunto que acompañó con un recogido que daba protagonismo a unos finos pendientes largos y dorados.

La elección de la infanta rompió con el casi absoluto dominio de los vestidos entre las mujeres que asistieron a la ceremonia, que en su mayoría se decantaron por vestidos largos en rojo, negro y gris plateado.

Michelle Obama también se decantó por un vestido, un elegante modelo verde y negro con escote palabra de honor, que acompañó con un recogido y unos pendientes verdes.

En la alfombra roja de la 34 gala anual del Instituto del Caucus Hispano del Congreso se dieron cita líderes latinos de todos los ámbitos, que lucieron sus mejores galas en una ceremonia que da el pistoletazo de salida al mes de la Herencia Hispana en EEUU.

Uno de los modelos más vistosos que pudieron verse fue el de la célebre cantante mexicoestadounidense Vikki Carr, que realzó su belleza con un vestido que llevaba un corpiño de brillantes colores, en contraste con el resto de la pieza, de riguroso negro.

La cantante protagonizó además uno de los momentos más aplaudidos de la ceremonia, cuando llegó al escenario bailando al ritmo de salsa para recibir un galardón por su contribución a la comunidad latina.

La gala, que congregó a unos 2.200 invitados, celebró un año más el auge de la comunidad latina en EEUU, en una edición marcada, no obstante, por el alto desempleo y la promesa incumplida de la reforma migratoria.