La Infanta Cristina inaugura una residencia pionera para lesionados medulares

La Infanta Cristina ha inaugurado hoy la primera residencia monográfica, en el ámbito estatal, para los lesionados medulares que cuenta con los últimos avances en domótica o sistemas que automatizan las diferentes instalaciones para facilitar el día a día de los discapacitados.

Unas 35.000 personas sufren actualmente en España lesiones medulares y cada año surgen unos mil casos causados, principalmente, por accidentes de tráfico, caídas, golpes y percances laborales.

Estos datos han sido recabados por la Fundación para la Rehabilitación del Lesionado Medular y por la Obra Social Caja Madrid, las dos entidades que han colaborado en poner en marcha esta residencia que cuenta con 74 plazas, el 80 por ciento de ellas concertadas con la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid.

La Infanta Cristina estuvo acompañada en su visita por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Amparo Valcárcel; la consejera de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Gádor Ongil, y el director de la Obra Social Caja Madrid, Carlos Martínez.

La hija de los Reyes descubrió una placa que plasma la inauguración oficial de esta residencia y recorrió las instalaciones, momento en el que pudo conversar con los lesionados mientras practicaban ping-pong o le demostraron que pueden jugar a los dardos lanzándolos con la boca.

Uno de los residentes le comentó a la Infanta que es jugador de baloncesto sobre ruedas y que tuvo la oportunidad de conocerla, junto a su esposo Iñaki Urdangarín, cuando participó en unos Juegos Paralímpicos.

La residencia alberga 46 habitaciones individuales y 14 dobles, todas ellas con los últimos avances en domótica para potenciar la accesibilidad e independencia de los residentes que pueden pasar estancias de larga duración, temporales o de emergencia.

Doña Cristina visitó algunas de estas habitaciones, entre ellas la de una mujer que, a pesar de su dolencia, se desplaza cada día junto a su madre, de 93 años, y que ha convertido su dormitorio del centro en un pequeño hogar decorado con plantas y pinturas.

En esta residencia, las personas con lesiones medulares aprenden a desenvolverse por sí mismas, a ser independientes y autónomas, y todos coinciden en que el principal obstáculo son las barreras arquitectónicas que se encuentran en cualquier lugar de la ciudad.

En el mismo recinto también hay un centro de rehabilitación y otro de día que, junto a la residencia, conforman un complejo de servicios especializados en la rehabilitación integral de los lesionados medulares.