La inflación armonizada sube siete décimas y cierra 2010 en el 2,9 por ciento

La tasa española de inflación armonizada anual -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona del euro- subió siete décimas en diciembre y cerró el año en el 2,9%, la tasa más alta desde octubre de 2008.

Así lo refleja el indicador adelantado del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) difundido hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que, de coincidir con la inflación general (IPC), que se conocerá el 14 de enero, supondría un aumento de seis décimas en la evolución de los precios de la cesta de la compra.

Según el INE, este se explica sobre todo por el aumento de los precios del tabaco, después de que el pasado 4 de diciembre entrara en vigor la subida de los impuestos que lo gravan.

El incremento de la inflación armonizada se explica también por el encarecimiento de los carburantes y lubricantes, consecuencia de la subida del petróleo.

El precio medio del barril de petróleo Brent se situó en diciembre en 92 dólares, frente a los 75 dólares del mismo mes de 2009.

El IPCA registró así catorce meses consecutivos de tasas interanuales positivas.

La subida del IPCA mantiene la línea ascendente que registró el Índice General de Precios de Consumo (IPC) en noviembre cuando subieron el 0,5% y la tasa interanual se mantuvo en el 2,3%.

La subida del precio de los carburantes hizo que el IPCA alcanzase una cota histórica del 5,3% en julio de 2008, pero a partir de ese mes los precios interanuales comenzaron a moderarse hasta llegar a registros negativos por primera vez en marzo de 2009, que se mantuvieron hasta octubre de ese año.

Desde entonces, el IPCA ha tenido registros positivos hasta alcanzar su máximo el mes pasado.

El INE elabora este indicador para incorporarlo al cálculo del índice adelantado del IPCA en toda la zona del euro y lo difunde Eurostat, con el objetivo de ofrecer datos equiparables a los que se elaboran en Estados Unidos.

El indicador adelantado se calcula utilizando la misma metodología que la que se emplea para el cálculo del IPC, con la salvedad de que para el primero se hace una estimación de los datos de los que aún no se dispone en el momento de la publicación.