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Un informe revela la ineficacia del Ejército británico

Los militares del Reino Unido carecen del material necesario en Afganistán

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Incompetencia, negligencia de consecuencias letales e incapacidad 'endémica' de financiar las armas necesarias para combatir en una guerra. El veredicto sobre el funcionamiento del Ministerio británico de Defensa es abrumador y ha partido de dentro. Un informe encargado en diciembre por el anterior ministro ha confirmado todas las críticas recibidas en los últimos meses, incluidas las que partieron de algunos de los familiares de los 206 militares muertos en Afganistán.

La falta de helicópteros no es el único problema y puede que no el más grave. El descontrol es generalizado. El armamento y material comprado llega a las Fuerzas Armadas con cinco años de retraso y unos sobrecostes del 40% de media. En total, el programa de adquisiciones ha superado en 35.000 millones de libras su presupuesto. En pocas palabras, los militares no están en condiciones de asumir las misiones ordenadas por el Gobierno.

El autor del informe tiene una reputación intachable dentro del ministerio. Bernard Gray fue el arquitecto de la revisión estratégica realizada en 1998 antes de abandonar Defensa. Entregó sus conclusiones a principios de este año al actual ministro, Bob Ains-worth, que debió quedarse horrorizado. Su reacción fue la típica en una burocracia incapaz de solucionar sus problemas: enterrarlo en un cajón.

Cuando The Sunday Times informó ayer de su existencia, el Ministerio respondió que se trata de un borrador. La oposición exigió que se haga público en su integridad.

Gray constata que todos estos errores 'están dañando nuestra capacidad para llevar a cabo las actuales operaciones militares' en Afganistán. No se ha facilitado a las tropas el equipamiento conveniente para combatir en las condiciones que presenta ese conflicto, pese a que comenzó hace ocho años. Desde entonces, 'el programa de compra [de armamento y otro material] para las fuerzas de tierra no se corresponde con la situación actual'.

A diferencia de otros muchos informes oficiales, Gray no se esconde en la jerga funcionarial de políticos y burócratas. Se hace las mismas preguntas que se haría un ciudadano: '¿Cómo puede ser que se tarde 20 años en comprar un buque, un avión o un tanque?', se pregunta.

Por dar un ejemplo entre muchos, los vehículos de las tropas no están preparados para soportar el impacto de los artefactos explosivos preparados por los talibanes. Un programa de inversiones para fabricar vehículos con blindajes especiales se ha visto retrasado en varias ocasiones desde el año 2000, con la intención de reducir costes. Ese es el hecho más sangrante para las familias de los soldados.

Según un sondeo publicado en el Mail on Sunday, dos de cada tres británicos están en contra de la presencia militar en Afganistán. Cifras como éstas aumentarán al conocerse las conclusiones del informe de Gray.

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