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Las infraestructuras también tienen problemas de crédito

La banca pone cada vez más reparos a la financiación de concesiones de carreteras y equipamientos sociales. Las entidades limitan el riesgo sectorial de impago por recomendación del Banco de España

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Las únicas empresas constructoras que no habían perdido su sex appeal ante los bancos y las cajas en esta crisis eran las que se dedicaban a las concesiones de infraestructuras, a las que las entidades financieras concedían una credibilidad y una solvencia muy distinta de la asociada a la construcción inmobiliaria.

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Eso ya es pasado. La banca cada vez pone más pegas y exigencias para financiar estos proyectos, que implican la gestión de las infraestructuras por parte de las empresas adjudicatarias, según confirman fuentes financieras y del sector de infraestructuras.

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Grandes entidades, como el banco Santander, han dicho públicamente que "siempre hay dinero para los proyectos rentables" a pesar de la crisis. Pero la realidad es que las constructoras que pujan por concesiones de carreteras, hospitales o centros sociales (entre las que figuran empresas líderes como ACS, Ferrovial, FCC o Acciona) están chocando de forma creciente con restricciones a la hora de lograr créditos para financiar su actividad.

Los préstamos acumulados por constructores caen a un ritmo del 12%

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Según los datos del Banco de España, en el segundo trimestre del año los préstamos acumulados por constructoras cayeron un 13,4% frente al mismo periodo de 2008. Pese a ello, los bancos niegan que estén restringiendo los créditos a infraestructuras. Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), aseguró a Público que "sí hay crédito" y que los límites de riesgo de la banca no afectan a los proyectos rentables y solventes, en línea con la argumentación de la patronal bancaria para el conjunto de los créditos a empresas y también a particulares.

Pero lo cierto es que la empresas notan el endurecimiento del mercado, y lo asocian incluso a las indicaciones sobre riesgo sectorial del Banco de España. En junio del año pasado, el supervisor lanzó una serie de recomendaciones a la banca en la Guía del Proceso de Autoevaluación del Capital de las Entidades de Crédito. En este documento les insta a calcular los riesgos de impago de créditos por sectores, además de por grupos empresariales. Eso significa que la banca puede meter en el mismo saco a las constructoras con intereses inmobiliarios y a las que no los tienen, pese a que su perfil de riesgo sea muy distinto.

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Fomento proyecta el primer gran plan de colaboración público-privada

Ahora, las constructoras temen que la banca cierre más el grifo en 2010 por este límite a la concentración de riesgos por sectores. Su preocupación está también relacionada con el hecho de que muchas entidades tendrán que aportar el doble de provisiones por los activos inmobiliarios que tengan más de un año en cartera, también por mandato del Banco de España. Si, como se temen en el sector de infraestructuras, la banca deja de distinguir el riesgo inmobiliario y el constructor, la consecuencia será la penalización de muchas constructoras que no tienen negocio de ladrillo y esto puede dificultar la financiación de algunos proyectos.

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Precisamente en 2010, el Ministerio de Fomento quiere poner en marcha el primer plan de colaboración público-privada, de 15.000 millones, para desarrollar infraestructuras en las que las constructoras adelantarán parte del dinero. En ese ambicioso proyecto, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aportará el 50% y otro 25% correrá a cargo del Instituto de Crédito Oficial, como confirmó Fomento. Pero no está claro cómo las empresas lograrán financiación adicional, a la vista de las dificultades para convencer a la banca.

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