Las inmobiliarias han buscado refugio en los últimos años en el mercado de alquiler de oficinas, que alcanzó en 2007 un volumen de negocio de 3.850 millones de euros, el 6,2 por ciento más que el año anterior, con un crecimiento medio anual del 7,2 por ciento entre los años 2004 al 2007, según el informe de DBK.

El informe señala que en los próximos ejercicios seguirá ganando peso esta actividad, debido al cambio de ciclo en la promoción residencial.

La actividad de alquiler de oficinas ha seguido una evolución favorable desde el año 2003, con un aumento progresivo de la contratación de oficinas en Madrid y Barcelona.

Madrid concentró en el 2007 más del 57 por ciento del volumen de negocio total, con una cifra de algo más de 2.200 millones de euros.

Barcelona supuso más de la cuarta parte del volumen de negocio agregado a escala nacional y alcanzó cerca de 1.020 millones de euros.

El previsible freno de la demanda empresarial y la finalización de importantes proyectos de edificios de oficinas en Madrid y Barcelona podría provocar un aumento de las tasas de desocupación y, a medio plazo, una corrección a la baja de las rentas, principalmente en los distritos de negocios de las grandes ciudades.

Por ello se esperan tasas de crecimiento de los ingresos decrecientes durante el período 2008-2009, con un volumen de negocio total que podría alcanzar cifras cercanas a los 4.000 millones de euros en 2008 y a los 4.075 millones de euros en 2009.

La Comunidad de Madrid continuará liderando el mercado nacional, y podría alcanzar los 2.350 millones de euros al término del ejercicio 2009, mientras que en Barcelona se podrían alcanzar los 1.065 millones de euros en ese año.

El número de empresas inmobiliarias registradas para la actividad de alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia (residencial y no residencial) ha registrado fuertes crecimientos entre los años 2004 y 2007, pasando de cerca de 21.500 compañías a más de 50.000.

Ante las expectativas de ralentización de la actividad residencial, las sociedades inmobiliarias han comenzado a moderar el peso de la promoción de viviendas en su volumen de negocio total, y potencial su presencia en el mercado terciario.