Este artículo se publicó hace 16 años.
Interior triplica el número de policías en controles antiterroristas en Madrid
Desde el último atentado cometido por ETA el 9 de febrero en Madrid, se ha pasado de 50 a 150 agentes en la Unidad de Intervención Policial
El número de agentes del Cuerpo Nacional de Policía dedicados a realizar controles antiterroristas en los accesos y el interior de Madrid se ha triplicado desde el último atentado cometido por ETA el 9 de febrero pasado en el Parque Ferial Juan Carlos I. De 50 agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) se ha pasado a 150 en los últimos tres días dedicados a esta tarea.
Para reforzar la presencia policial en Madrid ha sido necesario desplazar agentes de las UIP, los conocidos como antidisturbios, con base en otras ciudades de España. El incremento policial permite realizar controles simultáneos en varios puntos de los más de 80 con los que trabaja en la capital la Comisaría General de Seguridad Ciudadana durante las 24 horas del día.
Alertan de la posibilidad de que se reediten atentados terroristas en la capital de EspañaLa decisión de multiplicar la presencia policial en Madrid llega tras el análisis de los Servicios de Información, que alertan de la posibilidad de que se reediten atentados terroristas en la capital de España. En este incremento policial han tenido que ver, según las fuentes consultadas, las sospechas policiales de que la banda terrorista tiene algún tipo de infraestructura en la Comunidad o sus alrededores.
El día del atentado en Madrid, los terroristas realizaron, a partir de las 7:34 horas, seis llamadas desde un teléfono con tarjeta prepago, con el objeto de alertar de la colocación del coche-bomba. A diferencia de otras ocasiones, las llamadas comenzaron a producirse cuando los terroristas estaban a tan sólo un kilómetro de donde habían aparcado el vehículo.
Este hecho, unido a que la tarjeta prepago fue adquirida en Madrid la semana anterior al atentado, hace sospechar a los investigadores de que ETA tiene algún tipo de infraestructura en Madrid, ya sean colaboradores, 'zulos' o algún escondite donde montar los explosivos. De hecho, la furgoneta utilizada fue robada la noche anterior en la pequeña localidad de Navagalamella, a 45 minutos por carretera del lugar del atentado y a seis kilómetros de donde ETA sustrajo otro vehículo con el que atentó en Madrid el 25 de mayo de 2005.
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