Este artículo se publicó hace 14 años.
Internet y la tecnología han cambiado el comercio de arte
Cuando Philip Mould empezó a trabajar como marchante de arte hace 22 años, la compra y venta de objetos de arte de gama alta estaba limitada a un pequeño grupo de historiadores del arte que recorrían el mundo en busca de obras maestras.
Pero el atemporal mundo del arte ha cambiado en la era de Internet y la tecnología. Mould y su personal, que en el pasado podían examinar un máximo de 15 ó 20 obras por día, ahora puede juzgar el valor de entre 50 y 100 obras de arte diarias.
"Hay más posibilidades, más descubrimientos. Pero también hay más competición. Hay una nueva generación a la que le gusta el subidón de adrenalina, y compra de forma indiscriminada", comentó.
Su nuevo libro "The Art Detective" explora el una vez oscuro pero ahora más accesible mundo de los tratantes de arte y la restauración. "El conocimiento está más democratizado ahora", indicó el experto.
Antes, Mould tenía que utilizar fotografías de baja calidad para tasar una obra de arte que le ofrecía un vendedor. Ahora puede examinar de cerca cada centímetro de una pintura utilizando imágenes digitales modernas.
Entre las mejores historias del libro, subtitulado "Fakes, Frauds and Finds and the Search for Lost Treasures" ("Falsificaciones, fraudes y hallazgos y la búsqueda de tesoros perdidos"), está el descubrimiento de un autorretrato de Rembrandt.
Atribuido en un principio a un discípulo del pintor, el cuadro había estado valorado entre los 2.000 y los 4.000 dólares (entre 1.600 y 3.200 euros, aproximadamente). Después de que se comprobara que se trataba de autorretrato, se vendió en subasta por 5,2 millones de dólares. Ahora está valorado en unos 40 millones de dólares.
Mould, de 50 años, es un experto en retrato británico y presenta la serie de televisión "Antiques Roadshow", en la que varios expertos tasan antigüedades compradas en todo Reino Unido. El programa se ha imitado en países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Alemania.
EL MOMENTO MÁS EMOCIONANTE
El autor dice que de este negocio le atraen el arte en sí mismo y la emoción de la caza.
"El momento más emocionante es cuando se lleva la pintura para mejorarla y restaurarla", afirmó. "Es el equivalente artístico de una cirugía a corazón abierto. A veces ni siquiera puedo mirar. Las emociones son extremas, especialmente cuando lo has pagado tú".
Mould también utiliza sus conocimientos para descubrir fraudes. La policía británica estima que en torno al 50 por ciento de las obras de arte vendidas en eBay, por ejemplo, son fraudulentas.
"Hay más falsificaciones ahora. Muchas falsificaciones vienen de China, por ejemplo. Pero uno nunca puede recrear los efectos del tiempo. Incluso el olor es importante", afirmó el experto.
"Es muy emocionante. Los conocimientos de la vieja escuela se ven muy auxiliados por la ciencia moderna", comentó.
Una moderna tecnología de huellas dactilares permite a los compradores autentificar obras encontrando las huellas dactilares, en ocasiones centenarias, del artista.
"Una huella dactilar es mejor que una firma para establecer si algo es auténtico o no. A diferencia de una firma, una huella dactilar no se puede falsificar".
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