Este artículo se publicó hace 16 años.
Inversores extranjeros evalúan el coste del descalabro islandés
Los inversores internacionales evaluaban el viernes el coste de su participación en Islandia, después de que el descalabro de su sistema bancario llevara a la pobreza al país, un popular destino financiero, en unos pocos días.
Un equipo de responsables del Tesoro británico se dirigieron a la isla del Atlántico Norte el viernes para discutir cómo lidiar con los estimados 1.000 millones de libras de depósitos británicos atrapados en los bancos en bancarrota, procedentes por ejemplo de inversores privados o ayuntamientos.
"Es responsabilidad de las autoridades islandesas. Tienen que asumir la responsabilidad de esta situación", dijo en Londres el primer ministro británico, Gordon Brown.
En Viena, el austríaco Erste Group Bank dijo que tiene 300 millones de euros expuestos en los bancos islandeses.
El banco austríaco Raiffeisen Zentralbank (RZB), cuya filial Raiffeisen International cotiza en bolsa, dijo que tiene deuda en bancos islandeses pero se negó a revelar la suma.
El organismo de vigilancia financiera finlandés dijo que los bancos del país tienen una exposición de 210 millones de euros y que es pronto para estimar las posibles pérdidas que podría acarrear.
Los mercados financieros islandeses se paralizaron, ya que los operadores casi no informaron de ninguna transacción en las coronas locales ni los mercados de divisas, mientras que su bolsa continúa cerrada hasta la próxima semana.
Kaupthing, Landsbanki y Glitnir - y detuvo toda la cotización en el mercado de valores, mientras el país caía víctima de la crisis financiera que se extiende por todo el mundo.
La isla, donde viven 300.000 personas, era anteriormente conocida por sus géisers y otros esplendores naturales, pero en la última década pasó de una economía basada en la pesca a un refugio financiero internacional.
Sus ciudadanos disfrutaban de la prosperidad mientras sus bancos se expandían en el extranjero, los inversores recurrían a su moneda de gran rentabilidad y el dinero extranjero llovía para los proyectos locales.
Todo ello cambió esta semana. El Gobierno adoptó amplios poderes el lunes que permite al Estado decretar las operaciones bancarias, ha tomado el poder de tres de los principales bancos del país, ha pedido asistencia financiera a Rusia y ha abandonado los intentos de defender su divisa.
Unos 200 airados manifestantes pidieron el viernes la dimisión del gobernador del Banco Central, David Oddsson, en el exterior de su sede.
El Fondo Monetario Internacional ha enviado una misión a Reykiavik y dijo que estaría dispuesto a conceder préstamos a los países afectados por la escasez de crédito mundial.
Islandia comenzará el martes las negociaciones con Rusia para asegurar un préstamo de 4.000 millones de euros.
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