Este artículo se publicó hace 14 años.
Investigador mantiene la teoría de que los restos de Lorca fueron trasladados a la casa familiar
El periodista Fernando Guijarro mantiene su teoría de que Lorca fue fusilado la mañana del 17 de agosto de 1936, y no del 18 como señalan otros estudios, y que sus restos están en la Huerta de San Vicente, la casa de veraneo de la familia, que habría pagado para desenterrarlo de una fosa común.
Según el investigador, que ha ofrecido una charla en Almuñécar con motivo de la próxima publicación de su libro, que versará sobre este asunto, los restos fueron trasladados allí por familiares del poeta después de que el padre del poeta pagara 300.000 pesetas para evitar que mataran a su hijo.
En ese periodo, los franquistas de Granada estaban intentando conseguir dinero, ya que estuvieron un mes aislados del resto de las zonas sublevadas, como indica Manuel Titos en su obra "Verano del 36 en Granada".
Pese a pagar el dinero, Federico García Lorca fue fusilado, posiblemente porque al gobernador militar le llegó tarde la noticia del pago por problemas administrativos.
Según Guijarro, varios días después, cuando la familia tuvo conocimiento del fusilamiento, la madre de Lorca se dirigió al despacho del comandante Valdés, en el Gobierno Militar, posiblemente acompañada por José Luis Pérez-Serrabona -que después fue alcalde de Granada- y "entre lágrimas" pidió desenterrar el cadáver de su hijo.
El periodista e investigador se apoya para ello en los testimonios de vecinos de la zona, que incluso apuntaron que Franco llamó para interesarse sobre el tema, ya que la BBC dio la noticia de la muerte esa misma noche.
Esto pudo motivar que para "evitar una bronca del caudillo y contentar a los periodistas internacionales", el gobernador militar hiciera "encaje de bolillos para solucionar el desaguisado", según Guijarro.
Apoyado en un libro de Eduardo Molina Fajardo, Guijarro defiende que, en principio, lo enterraron en una fosa común con cinco personas más que fueron fusiladas junto a él -el maestro de Pulianas Dióscoro Galindo, a quien le faltaba una pierna, los banderilleros Joaquín Arcollas Cabezas y Francisco Galadí Melgar y otros dos "carteristas o ladrones de poca monta"-.
Guijarro mantiene que la familia desenterró el cuerpo de Lorca basándose en un testimonio que cuenta que una señora "fue con autorización del Gobierno para retirar unos restos" de la fosa y que "eran los de Federico García Lorca".
Dice que aunque no es posible precisar el momento en el que ocurrió ni cómo se hizo, pudieron utilizar el coche familiar para trasladar el cuerpo, en primer lugar a una finca cercana y ya por la noche a la Huerta de San Vicente, en cuyo interior fue supuestamente enterrado.
Guijarro mantiene que uno de los implicados en la muerte del poeta se arrepintió de sus actos y dijo a su familia: "El poeta García Lorca ya no está donde lo enterramos".
Bajo el título: "García Lorca: Lo desenterraron", el libro saldrá a la venta en las próximas semanas, según Guijarro.
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