Este artículo se publicó hace 15 años.
Irlanda aprueba por amplia mayoría la reforma de la UE
Los votantes irlandeses han aprobado por una gran mayoría el Tratado de Lisboa que reforma la Unión Europea, colocando de nuevo en el camino las ambiciones europeas para conseguir una mayor influencia mundial, según los resultados parciales difundidos el sábado.
Los resultados oficiales arrojaron un apoyo de más de dos tercios del electorado, con un 67 por ciento de votos positivos, frente al 47 por ciento que rechazaron el tratado el año pasado, adelantó la cadena nacional RTE.
El tratado hará más fácil la toma de decisiones en el seno de la UE ahora que tiene 27 Estados miembros y creará mandatos más largos para el presidente y el jefe de política exterior, les dará más contenido y reforzará la imagen del bloque como una fuerza global.
"Hoy el pueblo irlandés ha hablado alto y claro", dijo el primer ministro irlandés Brian Cowen a los periodistas desde la escalinata de su oficina en la capital irlandesa.
"Es un gran día para Irlanda y es un gran día para Europa", añadió.
La aprobación irlandesa, después de una campaña tensa y a menudo desagradable, traslada el centro de atención a Polonia y a la República Checa, cuyos euroescépticos líderes son ahora el único obstáculo para que el tratado se aplique en toda la UE.
"Gracias Irlanda", dijo un sonriente Jose Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, a los periodistas en Bruselas. Él y otros líderes europeos pidieron a sus homólogos polaco y checo a firmar rápido el tratado.
Menos de 90 minutos después de que comenzase el recuento de votos, los detractores del tratado admitieron la derrota mientras que el ministro de Exteriores Micheal Martin predecía una convincente victoria del 'Sí'.
En el principal centro de recuento de Dublín, los partidarios del tratado estrechaban sus manos y se daban palmadas en la espalda.
La participación en la votación estuvo en torno al 59% sobre la base de los votos escrutados hasta ahora, una cifra superior al 53% que registró el referéndum anterior.
VICTORIA PARA EL GOBIERNO IRLANDÉS
El resultado fue una victoria para Cowen y su coalición de centro-izquierda, que está tratando de sacar a la en su día economía de más rápido crecimiento de Europa de la recesión y recuperarse de paso de unos mínimos históricos en las encuestas de opinión.
"Estamos en una situación económica muy difícil y éste es un primer paso esencial hacia la recuperación económica", dijo el ministro de Finanzas Brian Lenihan.
Los votantes hicieron caso a las advertencias de que un segundo rechazo podría aislar económicamente al país y parecieron ver la adhesión a la UE como una ayuda segura en la crisis económica.
La UE, que presionó a Dublín para que celebrase un segundo referéndum tras el rechazo del año pasado, también ofreció a Irlanda garantías en temas claves como la soberanía nacional.
Los grupos anti-tratado, que había esperado que el malestar con el Gobierno por la crisis económica llevaría a un segundo 'No', aceptaron el revés pero pidieron al euroescéptico presidente checo Václav Klaus que luche en contra de la ratificación.
"Confío completamente que Klaus aguantará", dijo Declan Ganley, una de los principales líderes de la campaña del 'No', a los periodistas. "Estoy sorprendido con la magnitud del 'Sí'".
Sin embargo, los observadores europeos esperan que Klaus ratifique finalmente el pacto, a pesar de verlo como un paso hacia un superestado europeo que diluiría la soberanía nacional.
PRESIDENCIA ESPAÑOLA
España, que en enero asume la presidencia semestral rotatoria de la UE acogió con gran satisfacción el positivo resultado del referéndum irlandés, con el que Europa inicia un nuevo camino después de un gran tiempo perdido.
"Nos acercamos hacia una nueva Europa...con nuevos instrumentos como el Tratado de Lisboa", dijo Diego López Garrido, secretario de Estado para la Unión Europea.
"Tenemos que recuperar el tiempo perdido", dijo López Garrido, refiriéndose a que esa será una de las prioridades de la presidencia española.
"Europa será más fuerte, mucho más decidida, mucho más capaz de afrontar los desafíos que tenemos en estos momentos, entre ellos la salida de la crisis económica", añadió.
La creación de la figura de un presidente del Consejo Europeo que reúne a los líderes de la UE y un jefe de política exterior buscará incrementar la influencia de un bloque que representa a 495 millones de personas en un momento en el que el equilibrio de poder cambia a raíz de la crisis financiera mundial para dar más importancia a China y otras potencias emergentes.
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