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Irlanda tiene preparado un nuevo recorte del gasto público

Adelanta su aprobación para que no parezca que ha sido impuesto por el FMI y la UE

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Con los inspectores del FMI echándoles el aliento, el Gobierno irlandés no puede perder más tiempo. El Gabinete se reunirá hoy con la intención de aprobar el plan de austeridad que debería regir en los próximos cuatro años para reducir un déficit presupuestario que superará el 32% a causa del hundimiento de la banca.

En una reunión celebrada el jueves que duró ocho horas, el Gobierno acordó las líneas generales del programa. Su objetivo es reducir el gasto público en 15.000 millones de euros en los próximos cuatro años.

El año pasado, ya se pusieron en práctica ahorros por valor de 4.000 millones.

Se espera que el plan sea dado a conocer el lunes o martes.El Ministerio de Hacienda ha acelerado los plazos a sabiendas de que el acuerdo con la UE y el FMI es inminente. Su reputación ya está en números rojos en la opinión pública, y sólo podría empeorar si pareciera que el nuevo recorte del gasto público es una imposición de las instituciones internacionales.

“El FMI aceptará el plan de cuatro años. Habitualmente, el FMI llega a un país e impone un plan a tres o cuatro años vista. Esta vez, lo entregaremos nosotros”, dijo una fuente del Gobierno a The Irish Times.

El otro recurso de las autoridades es la defensa numantina de la baja fiscalidad a las empresas. El plan mantendrá el 12,5% del impuesto de sociedades, muy inferior al de los demás países europeos, para atraer la inversión de empresas extranjeras.

Incluirá una previsión de aumento de ingresos vía impuestos, pero aún se desconoce cuáles.

La prensa irlandesa ha informado que las multinacionales presentes en Irlanda ya han dejado ver su preocupación por la cuestión fiscal. Una delegación de la Cámara de Comercio de EEUU que está visitando el país recibió esta semana el compromiso de que el impuesto de sociedades no se tocará.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, negó ayer que la UE vaya a imponer como condición el incremento de ese  impuesto para conceder la ayuda que salve a los bancos irlandeses de la bancarrota.

Sin embargo, Sarkozy sugirió que lo lógico sería que Dublín aumentara los impuestos en los que tenga un margen, pero no parece que los castigados irlandeses vayan a aceptar la idea.

En la misma línea, la canciller alemana, Angela Merkel, comentó ayer que eso son “cuestiones para cada país”, cuando le preguntaron por la baja fiscalidad irlandesa.

La aprobación de un plan de cuatro años es el mensaje de costumbre a los mercados financieros y la UE. El Gobierno, dirigido por el Fianna Fail de Brian Cowen, no está en condiciones de llevarlo a cabo hasta el final con su popularidad hecha pedazos a poco más de un año de las elecciones.

Una semana de declaraciones irreales y confusas de Cowen ha sembrado la preocupación en su partido. Varios ministros temen que el Fianna Fail –el partido que más tiempo ha gobernado el país desde su independencia– pierda cerca de 40 escaños en los próximos comicios, según el Irish Independent. Actualmente, tiene 88 en un Parlamento de 166 diputados.

Fuentes del Fianna Fail dicen que la moral está hundida. Temen que deban esperar una generación para compensar el inevitable castigo en las urnas. “No te puedes presentar a las elecciones con él (Cowen) como líder”, confesó un ministro al diario.

La próxima semana, el Gobierno sufrirá otro revés. El jueves, se celebra una elección parcial en el distrito de Donegal, fronterizo con el Ulster. El último sondeo da un 40% al candidato del Sinn Fein, y sólo un 19% al del Fianna Fail.

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