Este artículo se publicó hace 15 años.
Italia entierra a algunos de sus 260 fallecidos
Cerca de 1.000 personas siguen heridas, 100 de ellas graves y 11 permanecen desaparecidas. Se calculan daños millonarios
Italia ya entierra a algunas de las 260 personas muertas en las ciudades medievales devastadas por el terremoto , mientras los equipos de rescate continúan buscando supervivientes entre los escombros en medio de fuertes réplicas.
El primer funeral por una de las víctimas se celebra hoy en la ciudad de Loreto Aprutino y será oficiado por el arzobispo de Pescara.
Según ha declarado el primer ministro Silvio Berlusconi la cifra de fallecidos ha subido a 260, de los cuales 16 son niños y faltan nueve personas aún por identificar. Además, 11 personas permanecen desaparecidas.
Se espera que el viernes se realice un funeral de Estado por las víctimas y se declare día de luto nacional, dijeron las autoriddes, aunque los entierros empiezan hoy miércoles.
El primer ministro, Silvio Berlusconi, dijo el miércoles en una conferencia de prensa que la cifra de fallecidos había subido a 260, de los cuales 16 eran niños, y que faltan nueve personas aún por identificar.
Durante la noche, los equipos de rescate recuperaron 15 cuerpos de entre los escombros que dejó el seísmo del lunes y las fuertes réplicas registradas hasta el momento. En Roma, el Papa Benedicto XVI rezó nuevamente por las víctimas y dijo que pronto visitará la zona.
De los 260 fallecidos, 16 son niños y faltan nueve aún por identificar. Además, 11 personas permanecen desaparecidasMiles de supervivientes del peor terremoto en tres décadas pasaron la noche aterrorizados en tiendas de campaña mientras numerosas réplicas sacudían la montañosa región de los Abruzos, dificultando los esfuerzos de rescate y causando al menos un muerto más.
Los Abruzos, reducido a escombrosLa más fuerte de las réplicas desde el lunes, con una magnitud de 5,6, dispersó a los equipos de emergencia y derrumbó edificios, partes de la basílica y la estación, mientras anochecía en la histórica ciudad medieval de L'Aquila, que sufrió lo peor del desastre.
"Estamos impactados porque hemos perdido a nuestros seres queridos, el pueblo se ha quedado reducido a escombros con más de 40 muertos, muchos de ellos jóvenes. Se ha perdido una generación entera", dijo Antonella Massi en Onna, una localidad que tenía 300 habitantes y en la que apenas ha quedado un edificio sin sufrir daños.
Unas 20 tiendas de campaña y 16 cocinas se levantaron para resguardar y alimentar a unas 14.000 personas después de que Berlusconi declarara el estado de emergencia nacional y enviara soldados a la zona.
Las 'perlas' de BerlusconiEl primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha aconsejado a los supervivientes del seismo del lunes en Los Abruzos (centro), alojados provisionalmente en tiendas de campaña, "tomárselo como un fin de semana de camping", afirma este miércoles la televisión alemana N-TV. "No les falta de nada, tienen atención médica, comida caliente... Claro que su refugio actual es completamente provisional pero, justamente, hay que tomárselo como un fin de semana de camping", ha respondidido a una pregunta de la periodista sobre la situación de los damnificados.
Las autoridades italianas estiman que unas 17.000 personas se han quedado sin hogar, la mayoría de las cuales están instaladas en tiendas de campaña levantadas en los suburbios de L'Aquila, capital provincial de Los Abruzos.
Según la Protección Civil italiana, citada por la prensa local, otras 260 personas murieron en el terremoto acontecido la madrugada del lunes, que también dejó "algo más de 1.000" heridos, cien de ellos en estado grave.
Desde el lunes se han rescatado a 150 personas con vida de debajo de los escombros. El martes por la noche se sintieron más réplicas del terremoto en L'Aquila. La más fuerte de ellas, de 3,7 en la escala de Richter, se registró poco antes de las 06.30 locales, según el instituto de geofísica y de vulcanología italiano.
Daños millonariosEl daño estimado por las aseguradoras sería de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, en medio de la peor recesión en Italia desde la Segunda Guerra Mundial.
Berlusconi rechazó la ayuda humanitaria desde el extranjero, pero dijo que había conversado con algunos líderes que ofrecieron pagar por la restauración de alguna iglesia o lugar histórico que haya resultado dañado.
Las autoridades dijeron que el terremoto tendrá un enorme impacto en la región, cuya economía se basa en el turismo, la agricultura y las empresas familiares.
Berlusconi prometió construir un nuevo pueblo cerca de L'Aquila y el ministro de Agricultura, Luca Zaia, pidió a los italianos que ayuden a la región "principalmente comprando productos de Abruzo".
Los supervivientes se enfrentan a un lúgubre fin de semana de Pascua, y con la mayoría de las iglesias dañadas, se preparan para celebrar el evento religioso en capillas improvisadas en las tiendas de campaña. El Gobierno y propietarios de hoteles ofrecieron refugio para quienes se han quedado sin hogar en edificios de la costa adriática.
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