Este artículo se publicó hace 15 años.
La izquierda reclama su papel en los Presupuestos
Exige al Gobierno socialista que "garantice las políticas sociales" para apoyar las Cuentas
"Buscaremos el apoyo más amplio posible, pero es cierto que la opción de la izquierda cobra fuerza". La frase, repetida en las últimas semanas en las filas socialistas, ilustra bien lo que serán las próximas semanas de negociación presupuestaria. Aunque desde el PSOE se niegan a apostar todo a una carta, los portavoces de la izquierda parlamentaria se ven cada día con más fuerza para condicionar las Cuentas y, en general, la política económica del próximo año.
Y lo aprovechan. Cuanto más lo buscan los socialistas, más caro es el precio del nuevo polo formado por IU, ICV, BNG, NaBai y, de forma algo más independiente, ERC. Los ocho diputados reconocen una "sensibilidad" común en materia económica, algo que, dentro de sus "particularidades", les permite afrontar ciertos temas con una sola voz.
"Ya no aceptamos el mínimo", advierte Llamazares a los socialistas
Reforma fiscalEl éxito logrado en la negociación de la cobertura del subsidio de los 420 euros para parados sin ingresos, ha supuesto un acicate para extender la estrategia a otros temas. Es el caso de la presión fiscal, donde el incremento anunciado por el Gobierno acerca posturas de cara a los Presupuestos.
Varios consideran, sin embargo, la medida escasa. El diputado de IU, Gaspar Llamazares, recuerda que todos ellos han puesto las cartas sobre la mesa. "Y ya no aceptamos el mínimo", avisa. Sin un volumen de gastos que garantice las políticas sociales, ninguno de ellos votará a favor. Joan Herrera es aún más concreto. Incluso después de la negativa de la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, a tocar la tasa impositiva de las Sicav (las sociedades de inversión utilizadas por las grandes fortunas que sólo tributan al 1%), el diputado de ICV advierte: "Sin eso, no nos entenderemos".
ICV condiciona su apoyo a un cambio en la tributación de las Sicav
La coincidencia se mantiene en el cambio del modelo productivo, otra de las prioridades de los cinco partidos. Desde NaBai, Uxue Barkos cree que ya no se puede "mirar hacia otro lado".
Pero la voz común se rompe en otros temas. Aunque comparten ubicación ideológica, los portavoces de los cinco partidos no ocultan el factor territorial. Menos IU, todos ellos están comprometidos electoralmente con una región concreta. "En financiación o inversiones, por ejemplo, no es posible coordinar posiciones", reconoce Llamazares.
Efectivamente, la plasmación del nuevo modelo de financiación autonómica podría influir definitivamente en el voto de algunas minorías. El republicano Joan Ridao ya ha anunciado que mirará con lupa "la letra pequeña del acuerdo" antes de decidir su voto a las Cuentas. Por su parte, el BNG tratará de arañar en Madrid inversiones con las que poder rentabilizar en Galicia.
El bloque del "no" está formado por los 164 diputados de PP, CiU y UPyD
Las inversiones también jugarán un papel determinante en el voto de los dos diputados de CC. Su portavoz, Ana María Oramas, exige que se dé solución al paro galopante que sufre el archipiélago y se cumplan los compromisos del Gobierno con las islas. Pese a que son dos votos con los que cuenta el Grupo Socialista, Oramas promete venderlos caros. "El año pasado no cumplieron sus compromisos y no los apoyamos", recuerda.
Más comprometido parece el apoyo del único parlamentario de UPN, Carlos Salvador. El respaldo socialista al Gobierno de su partido en Navarra convierte, según algunos diputados, a Salvador en un "voto cautivo". UPN, sin embargo, prefiere esperar a ver el anteproyecto antes de tomar una decisión y sigue abogando por un consenso imposible entre PSOE y PP.
Aunque la mayoría de los partidos asegura que resulta prematuro fijar su sentido del voto, dos grupos encarnan la oposición económica al Gobierno. Tanto PP como CiU reconocen que debería ocurrir "un milagro" para que respaldaran con sus votos los Presupuestos. El PP, enrocado contra la política económica del Gobierno, ha encontrado en los catalanes un socio fiel para enfrentarse a la reforma fiscal propuesta por Zapatero. Pere Macías, el portavoz adjunto de CiU, extiende su rechazo a toda la gestión socialista: "Es una política económica y social desastrosa". Menos determinante resulta la oposición de UPyD. Su única diputada, Rosa Díez, será con toda probabilidad un punto rojo más en la tabla de votaciones.
"Alma de funambulista"Así las cosas, cobra importancia la postura de un PNV recién evacuado del Gobierno de Euskadi. Aunque los vascos han moderado su postura con los meses, pocos son quienes creen que pueden votar a favor. No es imprescindible. La abstención de sus seis diputados ya facilitaría enormemente las negociaciones al PSOE.
Conscientes de que un pacto de los socialistas con el PNV les haría perder de golpe casi toda su capacidad de presión, desde la izquierda advierten al Gobierno que es peligroso "llevar las cosas al límite". Y algunos diputados, como Llamazares, no se fían. "Este Gobierno tiene alma de funambulista", ilustra.
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