Este artículo se publicó hace 16 años.
De los JASP a la Generación "Y" que busca más conciliación pero menos compromiso
Los J.A.S.P. (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados), triunfadores de los 80 y 90, han dado paso a la Generación "Y", no menos preparada, pero más interesada en valores como la conciliación y el buen clima laboral en la empresa, aspectos en los que las compañías empiezan a invertir conscientes de la caída en los índices de compromiso.
Variables como los niveles de satisfacción de los españoles en sus puestos de trabajo o de compromiso con la empresa han experimentado un ligero descenso en los dos últimos años, según estudios de diversas consultoras.
Sin embargo, según la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo de 2006 del Ministerio de Trabajo, la satisfacción de los asalariados españoles sobre su empleo es todavía bastante alta y se sitúa en un 7,3 sobre diez.
El ambiente, el clima, las condiciones de trabajo, los riesgos psicosociales empiezan a ser valorados, o al menos analizados, por las empresas, porque entienden que se trata de un factor de negocio.
No en vano, el informe sobre "Los jóvenes españoles ante la empresa y el trabajo", de la consultora PeopleMatters, refleja que el ambiente de trabajo es el segundo factor, después del salario, que mueve a los jóvenes a elegir entre una empresa u otra.
"Las compañías empiezan a preocuparse, pero se quedan sólo en el análisis y el diagnóstico. Aplicar técnicas de comunicación o de buenas relaciones les cuesta porque no acaban de ver los resultados de la inversión", explica a EFE Jorge Llorente, director de la consultora de Recursos Humanos Hay Group.
Según esta empresa, la satisfacción global de los empleados españoles ha bajado de un 4,31 sobre 5 en 2005, a un 3,87 en 2007 (en los primeros meses de 2008 se está registrando un nuevo descenso hasta el 3,84).
Esta línea descendente caracteriza también el índice de compromiso de los trabajadores con su empresa, que de 4,24 sobre cinco en 2005, bajó a un 3,70 en 2007, y en el de "orgullo de pertenencia" que en esos tres años decreció de 4,63 a 3,91 puntos.
CAMBIO DE PERFIL
La conclusión -dice este consultor- es que los españoles están satisfechos, no se quejan de sus condiciones laborales, salvo del salario (sólo un 1,8 sobre 5 está de acuerdo) "pero si les preguntas si están dispuestos a trabajar duro, con plena capacidad, las respuestas son negativas".
Bajo compromiso que se refleja en otro estudio de la consultora Towers Perrin que concluye que en "España únicamente un 19% dice estar realmente comprometido".
"En la medida en que las compañías se hacen conscientes de la relación entre compromiso y cuenta de resultados, apostarán por intervenir en la mejora del clima", señala su gerente, Antonio Delgado.
El directivo de PeopleMatters, Miguel Sarrión, incide también en la idea de compromiso, y sentencia: "tener empleados sólo contentos ya no garantiza nada. Pueden estar contentos y no dar ni chapa".
"Lo que diferencia a una compañía de otra son las personas. Empleados satisfechos y comprometidos hacen a una empresa ganadora", dice Antonio Delgado para quien "estos hechos efectivamente están provocando que la compañías inviertan cada vez más en propiciar un buen clima laboral".
Detrás de ese cambio de perfil de los trabajadores, según Jorge Llorente, subyace la presión de las empresas, el estrés. "Los perfiles de los jóvenes -coincide- se ajustan más a los que buscan un equilibrio entre vida profesional y personal, y hay que respetarlo. También hay gente que busca carrera profesional. Todavía hay JASP, pero cada vez menos", afirma.
LA SARTEN POR EL MANGO
Este cambio de actitud tiene mucho que ver con el mercado laboral. "Hace diez años las empresas tenían la sartén por el mango, había mucho paro y mucha demanda de trabajo donde elegir. Ahora, no en todos los sectores ni niveles, pero las empresas se pelean por un talento escaso en muchas áreas", explica Miguel Sarrión.
Para mejorar el clima laboral, siguen siendo importantes la formación y desarrollo profesional, pero el mercado exige ir "a una cultura de los resultados, no de la presencia física, que se valore más lo que se consigue, que lo que se tarda en conseguir", señala Carrión.
Las nuevas generaciones, la llamada "Generación Y", los que nacieron en los años ochenta, piden las mismas condiciones de trabajo que en años anteriores pero sus prioridades son distintas, opina Antonio Delgado.
"Aunque parecen responder a otro perfil lo que realmente hacen es recombinar los mismos factores: buen horario, cercanía del lugar de trabajo, formación continua, promoción y reconocimiento a corto plazo, así como un buen salario".
Salvador Moncada, del Instituto Sindical del Trabajo, ambiente y salud (ISTAS) de CCOO, considera que en España "estamos muy atrás en relación a inversiones de los empresarios en mejoras de las condiciones de trabajo, aunque empieza a haber un cambio en positivo".
"No es casualidad -agrega- que las tasas de accidente o los indicadores de salud sean peores aquí que en nuestro entorno europeo. Esto es producto de menos inversiones y de malas políticas".
Moncada, que prefiere utilizar el término ambiente psicosocial porque "la denominación de clima no está definida", asegura que "no parece mejorar, al contrario" y tiene que ver con "la intensificación del trabajo, aumento de ritmos, hacer más en menos tiempo, con menos plantillas y todos los procesos de desregulación de tiempo de trabajo".
Este sindicalista cree que las empresas que optan como estrategia de competitividad por reducir costes y nada mas, "lo tienen mal en todo", sin embargo a los que buscan mejorar los procesos y añadir valor a los productos, "las cosas les suelen ir mucho mejor".
Mejorar el clima en el trabajo parece ser la clave. Hasta el punto de introducir la diversión o el humor, como proponen los promotores de "Humor Positivo" que acaban de pedir al Gobierno que se declare el 1 de Abril como "Día Mundial de la Diversión en el Trabajo.
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