Este artículo se publicó hace 15 años.
Jatamí dice que los reformistas continuarán en escena pese a las presiones
El ex presidente iraní Mohamad Jatamí ha advertido de que los reformistas se mantendrán en la escena política pese a las presiones que reciben, dispuestos a pagar el precio que sea necesario.
En declaraciones publicadas hoy por el diario "Etemad", el que fuera jefe del primer Gobierno reformista (1997-2005) asegura que su objetivo es "devolver la revolución a su senda" ya sea a través de "los gritos o el diálogo".
"Los reformistas se quedarán en la escena, y pagando lo que cueste harán que la revolución vuelva a su ruta, ya sea mediante gritos o el dialogo", dijo Jatamí durante una reunión con los miembros del comité central coordinador del Frente para las reformas.
En este sentido, el clérigo aperturista volvió a criticar con dureza la represión de las protestas contra la reelección del actual presidente, Mahmud Ahmadineyad, y el arresto de destacados representantes del reformismo.
Para Jatamí, la revuelta postelectoral ha servido de "acicate" para que los reformistas mantengan su determinación, ya que los seguidores de esta corriente no solo no se oponen a la Revolución sino que defienden y veneran sus principios.
"La preocupación es ahora el peligro que amenaza la República Islámica y sus dos (principales) componentes el Islam y el pueblo", agregó.
A este respecto, señaló que lo acontecido es "la mayor de las conspiraciones contra la Revolución" y subrayó que los reformistas se sienten preocupados por "la imagen ilógica, diferente y dura" de Irán que se proyecta al mundo.
Alrededor de una treintena de personas -según cifras oficiales- murieron y cerca de 4.000 fueron detenidas durante las protestas que estallaron tras conocerse los resultados de las presidenciales del pasado 12 de junio, que la oposición ha calificado de fraudulentas.
La Fiscalía del Estado ha acusado a más de un centenar de personas -entre ellas varios dirigentes reformistas- de organizar los disturbios, en conexión con el exterior, para provocar lo que denomina "una revolución de terciopelo".
El viernes, el presidente Ahmadineyad pidió que se procese a los verdaderos líderes de la revuelta, en aparente alusión a los líderes de la oposición aperturista.
Apenas dos días antes, el líder supremo de la Revolución, ayatolá Alí Jameneí, aseguró que nadie le había presentado pruebas de que esos líderes tuvieran lazos conscientes con el exterior, pero insistió en que había sido una acción planeada con antelación.
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