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Jean Nouvel, admirador de la "vital" arquitectura española, pero con reservas

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El autor de la Torre Agbar de Barcelona, Jean Nouvel, se declara admirador de la "vital" arquitectura que se desarrolla en España, segundo país en el que más ha trabajado, sólo superado por su Francia natal, pero alerta, en una entrevista con Efe, sobre el peligro de construir en exceso.

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Galardonado el pasado 30 de marzo con el premio Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura, este artista internacional de 62 años que firmó la ampliación del Museo Reina Sofía de Madrid, advierte de que "en España se ha construido mucho y muy rápido".

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Un frenesí que en su opinión puede suponer un peligro, "para las costas" en particular y para todo el territorio en general.

Ferviente defensor de la arquitectura "singular" frente a la "clonada", Jean Nouvel dice que se siente "especialmente sensible ante el trabajo de Enric Miralles y (Benedetta) Tagliabue", autores del Mercado de Santa Caterina (Barcelona), del centro comercial del Trinity Quarter (Reino Unido) o del pabellón español en la Exposición Universal de 2010, en Shanghai (China).

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De hecho, les considera como los "testigos de la identidad arquitectónica española más evidente", según contó a Efe en una entrevista telefónica.

Defensor de firmes principios, el ganador del premio de arquitectura más prestigioso del mundo reivindica esta disciplina como "testimonio que va a permanecer sobre la preocupación de una generación".

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Por ello piensa que debe marcar, con el paso del tiempo, la "presencia de la gente que ha desaparecido".

Este arquitecto y urbanista que viste de negro desde los años 80, porque piensa que transmite sobriedad y cuya calvicie se ha convertido en uno de sus signos de identidad, defiende la "localización de la arquitectura" en el tiempo y en el espacio, porque, recalca, "un edificio es testigo de una época".

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Razón por la que lamenta en alto grado que sus colegas "reflexionen cada vez menos sobre la relación que se establece entre un edificio y una geografía o una historia".

Nacido en Fumel (sur) y afincado en París, el autor del Museo del Quai Branly de las Artes Primeras, uno de sus últimos éxitos en la capital, aunque también muy criticado, no se opone a que ésta evolucione y se abra a la expansión vertical, como querría su alcalde recién reelegido, el socialista Betrand Delanoe.

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El autor de numerosos rascacielos monumentales, el último de ellos en construcción en el corazón de Manhattan, la Torre de Cristal, de 75 pisos, toma así partido en el debate urbanístico central que agita la ciudad.

Para Nouvel, el posible crecimiento de París en vertical evitaría que se convirtiese en un museo y contribuiría a mejorar los problemas de circulación.

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Nouvel aboga también por la "investigación de la política de situación".

Por ello, lamenta "no haber podido construir" el Museo Guggenheim de Río de Janeiro "que era un proyecto verdaderamente extraordinario", al estar localizado sobre un conjunto de accidentes geográficos "que prolongaban el descenso del relieve natural de la ciudad".

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Su plan para este museo impulsado desde Estados Unidos por la Fundación Solomon Guggenheim fue suspendido en mayo de 2003, un mes después de ser aprobado, por una sentencia judicial que lo consideró perjudicial para las arcas de la ciudad, e inconstitucional, pues dependía en algunos aspectos de la ley estadounidense.

El autor de célebres monumentos de la arquitectura contemporánea como el Instituto del Mundo Árabe de París o la Torre Dentsu (Tokio) tampoco logró imponer su proyecto Guggenheim para la ciudad de Guadalajara (México), adjudicado al mexicano Enrique Norten, quien lo inaugurará en 2010.

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Constructor de la Ópera de Lyon (Francia), del Palacio de Cultura y Congresos de Lucerna (Suiza) y de la Galería Lafayette de Berlín (Alemania), Nouvel se describe a sí mismo como "un convencido de la particularidad y de la identidad".

Un experto a quien "lo que más miedo le da" son esas ciudades que comienzan a parecerse unas a otras y "a perder su carácter".

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