Manolo Jiménez, entrenador del Sevilla, ha admitido que la expulsión de Kanouté ha sido "decisiva" para la derrota de su equipo en Mestalla por 2-0 y ha asegurado que, si bien en la segunda parte, con superioridad, los locales "merecieron" el triunfo, mientras fueron once contra once, no.

Pese a ello, ha admitido su "decepción" porque el primer disparo de su equipo a puerta fuera en el minuto 83 y ha lamentado el mal estado del terreno de juego, donde "era difícil trenzar jugadas" y ello hacía prever que "sería un partido de 0-0" y se podría decidir "por alguna acción puntual".

"Sabíamos que sería un partido feo, de poca brillantez. El primer tiempo ha sido con pocas ocasiones, clara para el Sevilla ninguna y muy rápido hemos tenido un revés con la lesión de Romaric y la expulsión de Kanouté al filo del descanso", ha analizado.

Jiménez se ha mostrado resignado con la derrota y ha admitido que su equipo no ha sabido "adaptarse al terreno de juego" y ha tenido "inferioridad numérica en el centro del campo".

Respecto a la acción de la expulsión de Kanouté, el técnico andaluz se ha mostrado convencido de que "el árbitro ha pitado lo que ha visto" y ha insinuado la picardía de Marchena en la jugada.

"Lo veo como anecdótico, nunca le habían expulsado. Mi jugador llega al balón y Marchena lo hace tarde y pone la pierna por debajo", ha afirmado Jiménez, que se ha resistido a admitir que el jugador valencianista hubiera hecho "teatro". "Lo conozco y nunca voy a hablar mal de él, pero es veterano y sabe marcar partidos", ha agregado.

Sobre el árbitro, Rubinos Pérez, ha insistido que "ha pitado lo que ha visto porque quiere hacerlo bien para llegar a ser internacional", aunque ha destacado que el Sevilla ha hecho doce faltas y ha visto cinco tarjetas amarillas y una expulsión y el Valencia ha hecho veinte y sólo ha visto una cartulina.

El entrenador del Sevilla ha admitido que el partido de hoy ha sido "un duelo entre los rivales directos por la Liga de Campeones".