Este artículo se publicó hace 16 años.
José Luis Rodríguez Zapatero: el hombre tranquilo
Gonzalo López Alba
José Luis Rodríguez Zapatero pasó en tan sólo cuatro años de ser un diputado de provincias casi desconocido, no sólo para la opinión pública sino incluso para la mayoría de sus compañeros de partido, a ser presidente del Gobierno.
La acción política de Zapatero encuentra su sustento ideológico en el republicanismo cívico o socialismo de los ciudadanos
Nacido en una familia con inquietudes políticas, se afilió al PSOE con dieciséis años, después de asistir a un mitin de Felipe González. A partir de ese momento fue ascendiendo peldaños en la organización, desde la militancia de base en las Juventudes Socialistas hasta el puesto de secretario general del partido en la provincia de León. En 1986 fue el diputado más joven de la legislatura y en 1997 entró a formar parte de la Ejecutiva federal.
La acción política de Zapatero encuentra su sustento ideológico en el republicanismo cívico o socialismo de los ciudadanosTras la dimisión de Joaquín Almunia a raíz de la severa derrota electoral sufrida por el PSOE en 2000, abanderó un movimiento interno de renovación generacional que tomó por nombre "Nueva Vía" y conquistó el liderazgo del partido por el estrecho margen de nueve votos, imponiéndose a las candidaturas alternativas de José Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez.
Durante los cuatro años en que ejerció como líder de la oposición, acuñó el término de "oposición útil" y arrancó del Gobierno, entonces presidido por José María Aznar, la firma del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo que comprometía a socialistas y conservadores a no utilizar el terrorismo como arma de enfrentamiento partidista.
Su compromiso político está íntimamente vinculado al testamento de su abuelo paternoEn 2004, tras hacer del talante el estandarte de su proyecto político, se convirtió en el segundo presidente de un gobierno socialista monocolor en la historia de España, después de Felipe González, que gobernó entre 1982 y 1993. Zapatero, a diferencia de González, forma parte de la primera generación de españoles que alcanzó la mayoría de edad política en democracia.
Como presidente del Gobierno, su primera decisión fue ordenar la retirada de Irak de las tropas españolas. El primer proyecto de ley aprobado por el Gabinete fue para combatir la violencia de género. Su primer mandato se ha caracterizado por la extensión de las libertades y los derechos cívicos, así como por la creación de 3 millones de empleos y el superávit de las cuentas públicas.
Su compromiso político está íntimamente vinculado al testamento de su abuelo paterno, el capitán republicano Juan Lozano, que fue fusilado durante la Guerra Civil. En su discurso de investidura como presidente, hizo suyo el credo político que su abuelo dejó escrito: "Un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes".
La acción política de Zapatero encuentra su sustento ideológico en el republicanismo cívico o socialismo de los ciudadanos, que plantea como principal objetivo la supresión de todo tipo de dominación.
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