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Josef Fitzl se hizo pasar por su hija en una llamada telefónica

EFE

Josef Fritzl se hizo una vez pasar por su hija Elisabeth, a la que mantuvo encerrada 24 años en un sótano, para anunciar en una llamada telefónica a su esposa que había dejado uno de sus bebés en la puerta de la casa familiar.

El jefe de la policía de Baja Austria, Franz Polzer, explicó hoy a la prensa que Fritzl relató en un interrogatorio que llamó una vez a su mujer, disimuló su voz y se hizo pasar por su hija para decir que había dejado un bebé en la puerta de su casa.

"Tenemos un acta de la policía de entonces, porque la mujer informó a las autoridades de esa llamada", dijo Polzer.

Según el protocolo policial, Fritzl le habría dicho a su mujer: "por favor no te enfades. No te puedo decir dónde estoy. Por favor, ocuparos de mi bebé, que acabo de dejar en la puerta de la casa".

Polzer agregó que la esposa de Fritzl se mostró sorprendida por la llamada, sobre todo porque la familia había cambiado su número de teléfono y muy pocas personas tenían el nuevo.

El funcionario austríaco no precisó cuándo se produjo este incidente, que pudo haber sido en 1993, 1994 o 1997, cuando Fritzl dejó bebés en la puerta de su casa, alegando que su hija se había unido a una secta y los había abandonado.

Por otra parte, Polzer confirmó una información del diario austríaco "Kurier", según la cual la puerta del zulo subterráneo, en el que Fritzl encerró a su hija y tres de sus hijos, tenía un mecanismo con temporizador para facilitar su apertura si durante días no era accionada.

Esa puerta, que pesaba unos 300 kilos, fue instalada después de 1983, cuando las autoridades locales dieron su visto bueno para ampliar el sótano bajo la casa de Fritzl, según indicó hoy un portavoz del ayuntamiento de Amstetten.

Por otra parte, el inspector jefe del caso, Leopold Etz, anunció hoy que las pesquisas en el lugar de los hechos durarán al menos "una semana más".

Además, dijo que por ahora los investigadores no tienen "ningún indicio" de que alguien del entorno de la familia supiera del encierro y las violaciones en el calabozo subterráneo.

Josef Fritzl encerró a su hija en 1984 cuando Elisabeth tenía 18 años y la mantuvo recluida en un zulo de unos 60 metros cuadrados, donde dio a luz a siete hijos en condiciones infrahumanas.

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