Este artículo se publicó hace 16 años.
Un juez quiere saber si la orden de entrega de los detenidos es secreto de Estado
El juez que investiga el secuestro del imán Abu Omar en Milán, supuestamente por la CIA, pidió al primer ministro, Silvio Berlusconi, que aclare si las órdenes del entonces responsable de los Servicios Secretos Militares Italianos (SISMI), Nicollo Pollari, están amparadas por el secreto de Estado.
La interpelación se refiere en concreto a posibles órdenes de Pollari "destinadas a impedir el uso de medios ilícitos en la prevención del terrorismo internacional, en particular en las llamadas 'renditions' (entrega de sospechosos apresados por la CIA a otros países para su interrogatorio)", informan los medios locales.
El juez Oscar Magi ha aceptado la petición de los defensores de Pollari de que el Gobierno debe aclarar si las disposiciones dictadas por su defendido, relativas a la entrega de sospechosos, están protegidas o no por el secreto de Estado.
La cuestión se suscitó cuando uno de los testigos más importantes del caso, el ex jefe de Gabinete del SISMI Giuseppe Scandone, se amparó en el secreto de Estado para no responder a una pregunta sobre dichas disposiciones de Pollari.
Los fiscales del caso, Armando Spataro y Ferdinando Pomarici, pidieron el pasado 15 de octubre al juez que considere el secuestro del imán como un "hecho subversivo del orden constitucional", lo que permitiría eliminar cualquier referencia al secreto de Estado en el caso.
La petición de la Fiscalía llevó además al juez a solicitar el dictamen del Tribunal Constitucional, aunque sin suspender el proceso, sobre el secreto de Estado, que perdería vigencia si las acciones de los servicios de inteligencia son efectivamente contrarias a los principios de la Carta Magna.
A pesar de que el juez ha interrogado también sobre el tema al Ejecutivo, al que ha reprochado la "ambigüedad" de las respuestas dadas hasta ahora sobre la cuestión, la decisión final corresponderá al Constitucional.
La posibilidad de ampararse en secreto de Estado está retrasando el desarrollo del juicio que se sigue en Milán desde el 8 de junio, el primero en Europa relativo a los llamados "vuelos de la CIA".
En el proceso están sentadas en el banquillo de los acusados 35 personas, entre ellas 26 agentes de los servicios de inteligencia estadounidenses (CIA), que el tribunal de Milán declaró en rebeldía al no presentarse.
Entre los imputados figura el antiguo jefe de los servicios secretos militares italianos (SISMI) Nicollo Pollari y el anterior responsable de la CIA en Italia, Jeff Castelli.
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