Este artículo se publicó hace 17 años.
Julia Álvarez conecta en su última obra historias paralelas separadas por el tiempo
"Para salvar el mundo", la última novela de Julia Álvarez, escritora dominicana afincada en Estados Unidos, conecta dos historias, una del pasado y otra del presente, a través de las similitudes entre dos mujeres separadas por el tiempo pero unidas por el destino.
Una nota a pie de página en un libro de historia de la República Dominicana pone en alerta a Julia Álvarez, quien al interesarse por la expedición de la viruela del doctor Francisco Xavier Balmis en 1803 desde España hasta América está poniendo en marcha, sin saberlo, una nueva novela, según cuenta en una entrevista con Efe.
"Para salvar el mundo" (Alfaguara) arranca con la crisis espiritual en que se haya sumida la escritora Alma, quien padece el síndrome de la página en blanco y no logra concluir su nueva novela, y la evolución que su situación sufre a medida que avanza su trabajo de investigación sobre la expedición del doctor Balmis.
La presencia de Isabel Sendales en esta expedición acompañando a 22 niños de un orfanato de La Coruña a los que se inocula el virus de la viruela para llevar la curación de esta mortal enfermedad hasta América va atrapando cada vez más a la escritora, para quien la determinación de esta dama del pasado es fuente de inspiración al encontrar sorprendentes paralelismos con su vida.
La lucha contra dos terribles enfermedades, la viruela en el siglo XIX y el sida en el siglo XXI, conecta a las dos protagonistas, en una historia donde el amor y la lucha contra la miseria marcan sus vidas.
Álvarez confiesa que le sucedió como a Alma, que su interés por la expedición del doctor Balmis fue creciendo a medida que conocía más detalles de la travesía y que iba descubriendo lo poco que se sabía sobre Isabel Sendales, "el alma de la expedición", según el propio Balmis.
La autora subraya que la aparición en su novela del fenómeno del terrorismo surge a raíz de su conmoción por los atentados del 11-S en Nueva York, aunque reconoce que su labor como escritora "no es resolver los problemas, sino formularlos correctamente".
Julia Álvarez, quien a los diez años se trasladó desde su tierra natal hasta EEUU, asegura que trata de no sufrir el síndrome de la página en blanco y para ello recomienda a sus alumnos de inglés del Middlebury College en Vermont, dónde vive, que "no se den el lujo de no escribir, aunque lo que escribas no te parezca importante".
Comprometida con el tiempo que le ha tocado vivir, la escritora se muestra conmovida por las desigualdades sociales, y recuerda que fueron 22 niños "olvidados" en un orfanato quienes "salvaron el mundo portando en sus bracitos las vacunas contra la viruela", el mal del siglo XIX.
La autora, que ya prepara su próxima novela con el tema de la inmigración de los mexicanos a EEUU como fondo, culpa de su escaso dominio del español escrito a la "dictadura" en la que se formó en sus primeros años en la República Dominicana, en la que la cultura era oral porque "todos los intelectuales eran sospechosos".
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