Este artículo se publicó hace 13 años.
Julio Iglesias confiesa ser un privilegiado a quien el público da la vida
El cantante Julio Iglesias se volcó en un concierto que, pleno de intimidades compartidas y agradecimientos, brindó el domingo por la noche en el sur de Florida (EEUU), donde confesó que es el público el que le da la vida y le otorga tantos privilegios a su familia.
"¡Qué privilegios dan ustedes a los Iglesias. Mi hijo Enrique estaba cantando el otro día aquí... y ahora yo. Qué privilegio nos han dado ustedes!", dijo el artista al público que abarrotaba el Hard Rock Live de Hollywood, al norte de Miami.
Fue una de las múltiples alusiones que hizo durante el concierto a toda su familia y a su esposa, Miranda, a la que cariñosamente llamó "mamá" y que estuvo presente junto con los hijos que tienen en común y Chabeli, la hija mayor de Isabel Preysler y el cantante, quien asistió con su hijo, Christian.
El cantante español más universal abrió la noche con el tema "Quijote" para ir desgranando a continuación una veintena de canciones con un público entregado que coreaba estribillos y se dejaba arrastrar por la voz cálida y visceral del artista.
Y es que pocos cantantes como Julio Iglesias saben los secretos del fraseo, de una canción susurrada o ronca, como lo demostró al interpretar "Natalie", el tango "Corriente 348", "Crazy", la hermosa balada "El amor", "Mammy Blue" (en francés) o "La carretera", entre otras.
Especialmente emotivo fue su evocación y recuerdo del tenor italiano Luciano Pavarotti (1935-2007) con la canción en italiano "Caruso", momento que aprovechó para contar una bella y triste anécdota.
El cantante español contó que prestó su avión privado al tenor para que éste pudiera volar a Sudáfrica, donde debía asistir a una gala. A su regreso, el piloto le entregó a Julio Iglesias una nota escrita por Pavarotti en la que el italiano le decía: "Nos vemos en el cielo".
El cantante madrileño confesó al público que, entonces, no adivinó qué quería decir exactamente Pavarotti con esas palabras. "Más tarde entendí el significado de esas palabras", dijo en alusión al cáncer de páncreas que se le había diagnosticado con anterioridad y que el español desconocía en esos momentos.
Antes, derrochando simpatía, con cierto cinismo entrañable, siempre con encanto, el artista de 67 años bromeó con el público al decir que aquel que tuviera que ir a un "party" con su novia no fuera si había en la fiesta un chico italiano.
"Perderás a tu novia, por que los italianos son un peligro", agregó entre las risas del público, para añadir con gracia: "Son los mejores cantantes del mundo. Yo soy italiano".
Tras interpretar "Crazy", acompañado en el escenario por la extraordinaria pareja de tango que el artista lleva en su gira, Julio Iglesias se dirigió a los espectadores y dijo: "Yo los llevo (al público) conmigo desde hace 43 años. No se puede tener más privilegio del que me han dado durante tanto tiempo".
"Y ahora que tengo 48 años me gustaría devolverles tantas historias", ironizó el artista con su edad, para mencionar luego con cariño a Miranda y a sus hijos Enrique Iglesias, Julio José y Chabeli, a la que dedicó el tema "De niña a mujer", una canción, apuntó, que escribió cuando ella había cumplido 12 años.
En esas referencias constantes a la familia, Julio Iglesias piropeó a Miranda por su excelente labor como madre de sus hijos pequeños y por su entrega para que los mayores y los primeros se mantengan siempre unidos.
Como sentido homenaje a su esposa, el artista le dedicó la canción ""Ne me quitte pas", del cantante belga Jacques Brel. "Mamá, te voy a declarar mi amor delante de tus hijos. Nunca pensé tener a alguien como tú en la vida", le dijo.
El cantante español, con más de 300 millones de copias vendidas y más de 2.600 discos de oro y platino, también quiso recordar a su amigo Willie Nelson en la canción "To all the girls I loved before".
Y tuvo palabras de admiración para Estados Unidos: "No hay ningún país como éste", aseguró, y se reconoció como mitad estadounidense y mitad español.
Fiel a sus señas de identidad, levantando los puños al aire, el cantante se despidió del público puesto en pie con el tema "Me va, me va", que coreó todo el auditorio.
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