Este artículo se publicó hace 17 años.
La Junta Militar libera a seis presos políticos de la prisión de Insein
La Junta Militar de Birmania liberó a seis presos políticos encarcelados en la prisión de Insein tras la visita a la cárcel del relator especial de la ONU para los derechos humanos en Birmania, Sergio Manuel Pinheiro.
Fuentes del principal partido opositor, la Liga Nacional por la Democracia (LND), anunciaron hoy que los presos -cinco hombres y una mujer- abandonaron ayer Insein poco después de hacerlo Pinheiro.
Al penal de máxima seguridad al norte de Rangún fueron llevados muchos de los primeros detenidos al comienzo de la represión de las últimas protestas a favor de la democracia, y donde, según Amnistía Internacional, cientos más malviven en condiciones infrahumanas, hacinados en minúsculas celdas y bajo la amenaza constante de la tortura.
Entre los activistas liberados se encuentra Thet Naung Soe, un estudiante condenado en 2002 a catorce años de reclusión por celebrar en solitario un acto de protesta ante el Ayuntamiento de Rangún, la mayor ciudad del país, según las mismas fuentes.
Cinco de los seis presos eran miembros de la LND.
El relator de la ONU, quien ayer concluyó su estancia de cinco días en Birmania, anunció hoy en Bangkok que dispone de la cifra exacta de muertos y detenidos tras la represión de las marchas del pasado septiembre.
Pinheiro dijo que divulgará los datos dentro de dos semanas, cuando presente su informe a Naciones Unidas.
El régimen birmano admite diez fallecidos y cerca de 3.000 arrestados, la mayoría de los cuales afirma haber puesto ya en libertad, pero la disidencia calcula que 200 personas perdieron la vida y que más 6.000 fueron detenidas.
Ayer, el diplomático brasileño se reunió en Insein con varios presos políticos y le fue permitido hablar, entre otros, con el periodista Win Tin, de 77 años y encarcelado desde hace 18 por haber escrito un artículo en el que criticó a la Junta Militar.
Pinheiro, quien abandonó Birmania en 2003 después de hallar micrófonos ocultos mientras se entrevistaba con presos, fue seguido durante todos sus desplazamientos por agentes de inteligencia de paisano y, en algunas ocasiones, también por policías uniformados, según radio Mizzima.
Su visita sigue a la de la semana pasada del enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, quien mantuvo encuentros con altos oficiales del régimen y la líder opositora y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, pero no logró verse las caras con el jefe de la Junta Militar, general Than Shwe.
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