Este artículo se publicó hace 16 años.
La justicia británica rechaza la demanda millonaria contra el magnate ruso Abramovich
Un juez británico ha desestimado una demanda por 2.500 millones de libras (3.150 millones de euros) contra el magnate ruso Roman Abramovich, presentada por la petrolera rusa Yugraneft.
El juez dictaminó que la demanda no procedía porque el empresario ruso, propietario del club de fútbol Chelsea, no es "residente" ni está "domiciliado" en Gran Bretaña, informa hoy el diario "The Times".
Abramovich había sido demandado por la empresa Yugraneft, la mayor del mercado AIM (inversiones alternativas) de la capital británica, que atribuye a un engaño de Abramovich el haber perdido su participación del 50 por ciento en un yacimiento petrolífero en Siberia.
El juez británico dictaminó que el demandante debería haber presentado su querella en Rusia y no en Inglaterra y argumentó que Abramovich sigue siendo ciudadano y contribuyente ruso y tiene sólo un visado de negocios para entrar en el Reino Unido.
"El señor Abramovich es multimillonario. Los 30 millones de libras (casi 38 millones de euros) que ha invertido en su única propiedad (inmobiliaria) en Gran Bretaña representan menos del 0,5 por ciento de su fortuna", señaló el juez.
"(Abramovich) ha gastado sumas mucho mayores en yates y propiedades fuera de Inglaterra. Sus casas, yates y otros objetos no son en cualquier caso sus principales activos", agregó.
Con esos argumentos, el juez falló a favor de Abramovich y su empresa Millhouse Capital UK, que tiene su sede en la capital británica.
La disputa enfrenta a Sibir Energy y a Abramovich y está relacionada con la "joint venture" Sibneft Yugra, que explota un yacimiento de 1.800 millones de barriles de petróleo en Siberia.
Sibir tenía una participación en Sibneft Yugra a través de Yugraneft, mientras que Abramovich había canalizado la suya mediante Sibneft.
El 50 por ciento que controlaba Sibir se redujo a un mero uno por ciento tras una maniobra por la cual la empresa de Abramovich logró conservar su participación del 50 por ciento mientras el capital restante se transfería a tres empresas offshore que resultaron estar también controladas por Sibneft.
Abramovich, que vendió Sibneft hace tres años al gigante gasístico ruso Gazprom, asegura que aquellas transferencias habían sido aprobadas por los accionistas.
Sibir, la empresa supuestamente estafada, llevó el caso primero a las islas Vírgenes Británicas, donde se cree que están registradas las compañías offshore, pero allí se rechazó también la demanda por falta de jurisdicción.
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