Este artículo se publicó hace 15 años.
Karzai defiende la limpieza de las elecciones afganas
Hamid Karzai defendió la limpieza de las elecciones presidenciales del mes pasado el miércoles, un día después de que los resultados mostraran que iba camino de ganar la primera vuelta, pese a que un comité de la ONU también ordenó un recuento parcial por las acusaciones de fraude.
La disputa ha alarmado a los líderes occidentales, que han arriesgado su propio capital político enviando tropas a una impopular misión para defender a un Gobierno cuyo presidente parece dispuesto a aceptar una dudosa victoria electoral.
Los resultados preliminares publicados el martes dieron a Karzai más del 54 por ciento de los votos válidos, superando el 50 por ciento que necesita para evitar una segunda vuelta con su rival más cercano, el ex ministro de Asuntos Exteriores Abdulá Abdulá.
La Comisión de Quejas Electorales (ECC por sus siglas en inglés), un cuerpo independiente designado principalmente por Naciones Unidas, dijo que había encontrado pruebas "claras y convincentes" de fraude y ordenó un recuento parcial, poniendo en duda la credibilidad de los comicios.
En un comunicado, Karzai elogió el miércoles el manejo de la votación del 20 de agosto.
"El presidente alabó (a las autoridades electorales) por celebrar una elección con honestidad e imparcialidad pese a todas las dificultades", dijo el palacio presidencial en el comunicado.
Abdulá dice que los partidarios de Karzai intentaron robarle los comicios emitiendo votos falsos a escala masiva.
INQUIETUD DE LOS DIPLOMATICOS
Hasta ahora, las autoridades occidentales han depositado su confianza en la ECC, que puede modificar el resultado y debe confirmarlo para que sea oficial.
Los diplomáticos dicen estar inquietos, pero se resignaron a la posibilidad de que el organismo apoyado por la ONU revierta un resultado emitido por las propias autoridades electorales afganas.
Occidente originalmente elogió la votación, calificándola de exitosa, principalmente porque los talibanes no lograron boicotearla. Pero esas evaluaciones se fueron acallando a medida que han crecido las pruebas de fraude.
Sumando incertidumbre, la ECC ordenó a los funcionarios afganos hacer un recuento de los votos en los centros electorales donde un candidato recibió más del 95 por ciento de los votos o se emitieron más votos que el máximo previsto de 600.
El embajador británico en Afganistán, Mark Sedwill, dijo que era demasiado pronto para juzgar la autenticidad de la votación antes de que la ECC termine su proceso de controlar los votos emitidos para detectar si hubo fraude.
"Tenemos que ver el resultado de sus investigaciones", dijo a la radio de la BBC. "Siempre supimos que iba a haber fraude en esta elección, muchas irregularidades, creo que eso era inevitable y lo dijimos antes de la votación", agregó.
Mientras, tropas de la OTAN atacaron un escondite talibán en el norte del país para liberar al periodista del New York Times Stephen Farrell, de Reino Unido, y a su colega afgano Mohammad Sultan Munadi, que habían sido secuestrados la semana pasada.
Farrell fue puesto en libertad, pero Munadi murió en el asalto, junto con un soldado británico y al menos un civil.
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