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Kautar Benhamu, símbolo de la victoria del PAM

EFE

Las fotos de una atractiva mujer ligera de ropa y sonriendo a lomos de un tractor han convertido a Kautar Benhamu en un icono de la rompedora irrupción del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que hoy venció en las elecciones municipales de Marruecos.

Aunque Benhamu no se vea a si misma como un símbolo, lo cierto es que su estampa ha puesto cuerpo al mensaje de una formación que apuesta por la fidelidad al rey Mohamed VI y, al mismo tiempo, por la imagen de un Marruecos moderno, alejado de tópicos.

"Yo soy yo misma, siempre fui así y siempre lo seré. No creo que sea un símbolo ni nada parecido. Simplemente es verano, hacía calor... ¡y no me iba a poner una cazadora!", dijo Benhamu a Efe al respecto de la sesión fotográfica que le lanzó a las portadas de todo el país.

Sin embargo, detrás de las fotos de esta mujer mostrando sus encantos hay una clara intención política, y más en un partido surgido con vocación de frenar la marea islamista en Marruecos.

El PAM nació hace sólo diez meses, de la mano de Fuad Ali El Himma, íntimo amigo del rey Mohamed VI y su factótum en el juego político desde que fue designado como su jefe de gabinete y, posteriormente, ministro delegado del Interior.

Su irrupción en el panorama política nacional ha sido estruendosa, después de hacerse con la victoria en los comicios municipales en su primera participación, con el 21,69 por ciento de las concejalías.

El partido es tan joven como la vocación política de esta licenciada en Farmacia, de 36 años recién cumplidos, trilingüe y que se enorgullece por sus estudios en Polonia y Estados Unidos.

"Mis vecinos ya me pidieron en el año 2000 que les representase, aunque yo lo rechacé. Pero este año vi el programa del PAM y me gustó. Es un partido nuevo, y soy nueva en la política, así que ¿por qué no crecer juntos?", dice Benhamu.

Y en un arrebato de sinceridad, confiesa que "hace sólo tres o cuatro semanas no habría podido imaginar que estaría hablando de política con periodistas".

Por primera vez en unos comicios municipales, se ha reservado una cuota del 12 por ciento de las concejalías para que sean ocupadas por mujeres.

Benhamu, que se hizo con un puesto como edil en la "comuna" rural de Buknadel (junto a Rabat), cree que "las mujeres son organizadas, y más sensibles que los hombres a las necesidades de los niños y de las propias mujeres".

Por ello, "si algún día podemos demostrar que no somos menos que los hombres será gracias a nuestra fuerza, que es la paciencia, la que nos permite llevar a nuestros hijos nueve meses en nuestro seno".

Pese a estas palabras, y a sus reticencias a la hora de hablar de su vida privada, Benhamu no está casada ni tiene hijos todavía.

Pero son los niños, dice, el principal motivo que le impulsó a meterse en política y aspirar al Ayuntamiento de su localidad, cansada de ver a niños "caminar muchos kilómetros para llegar a sus escuelas".

"Si no facilitamos el acceso de los niños a los colegios, no podrán avanzar en sus estudios, y necesitamos que los marroquíes puedan alcanzar la educación superior", insiste.

Benhamu no se marca límites en su aventura política, pero por ahora, al igual que su partido, vuela alto.

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