Este artículo se publicó hace 16 años.
Ken Loach tilda de "hipócrita" el contrato de integración propuesto por el PP
Ken Loach, que hoy ha presentado su nuevo filme "En un mundo libre...", en el que aborda los abusos laborales que sufren los inmigrantes, ha tildado de "hipócrita" el contrato de integración propuesto por el PP esta semana y que, según él, "es sólo un modo de disciplinar a gente vulnerable".
Loach, uno de los mayores representantes del cine social europeo, ha explicado que en este controvertido tema se juega con un doble rasero "injusto e hipócrita", ya que, por un lado, la derecha "da la bienvenida a los inmigrantes porque son baratos y necesarios" y, por el otro, "los quiere expulsar porque son extranjeros".
"En Inglaterra también se habla de este contrato, pero no aprendimos lenguas africanas ni indias al crear nuestro imperio, y me pregunto si a los ingleses que vienen a comprar su segunda casa a España se les pide hablar castellano", ha añadido el cineasta británico, conocido por su oposición a las medidas económicas liberales de Margaret Thatcher en los ochenta.
"En un mundo libre...", que se estrenará en España el próximo 22 de febrero y ha sido galardonada con el Premio al Mejor Guión en el Festival de Venecia, está inspirada precisamente en "toda esa gente que cruza medio mundo para trabajar y acaban por ser engañados y explotados", ha asegurado Loach.
La película narra la historia de Angie, la actriz Kierston Wareing, madre soltera de clase media que, tras ser despedida en su enésimo trabajo, decide crear con su compañera de piso Rose una agencia de contratación temporal para inmigrantes.
"Queríamos que el espectador hiciese todo el viaje con ella para que comprenda la lógica de esta estructura política podrida", ha explicado Loach en relación con la elección de dos mujeres inglesas como las protagonistas del filme en lugar de abordar el tema a través de la mirada de un inmigrante.
En este sentido, Paul Laverty, habitual tándem en el guión con Loach, ha destacado la importancia de que el espectador sintiese empatía hacia Angie, ya que "comienza siendo una víctima" y acaba por colaborar con el círculo vicioso en el que se ve inmersa, cobrando a los inmigrantes por un alojamiento insano, restándoles los impuestos para un seguro médico que nunca existió y hasta explotando a gente sin papeles.
Todo vale para ampliar beneficio en un universo en el que se diluyen las responsabilidades y en el que, según indicaron ambos autores y se ve recogido en uno de los diálogos de la cinta, constantemente flota en el aire la pregunta: "¿Y qué más da?".
Loach ha denunciado además que los medios hablan constantemente del "milagro anglosajón" ("que sólo se centra en los negocios, la privatización y seguir la política exterior de EE.UU.) como el paradigma a seguir, y lo cierto, en su opinión, es que ése no es el camino.
"No hay una alternativa política que se ocupe de oír la voz de la gente vulnerable", ha añadido Loach, que en los ochenta se convirtió en el cineasta británico más censurado y peor distribuido y cuya trayectoria profesional fue reconocida con el León de Oro del Festival de Venecia en 1994.
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