Este artículo se publicó hace 16 años.
Kiefer habla del libro, de la poesía y de la paz y reflexiona sobre su obra
El artista Anselm Kiefer reflexionó hoy, en un acto en la Feria del Libro de Fráncfort, sobre su obra y habló además del significado que tiene para él el libro, la poesía y trató de definir su concepto de paz.
Kiefer es un hombre amable, con un claro sentido del humor y con una forma de hablar lacónica y concisa, y es el primer artista plástico que gana el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes.
Su obra plástica tiene que ver con el libro, que aparece como gigantescas esculturas de acero y como referencias a la Biblia y otros libros sagrados.
Alguien le pregunta por su relación con la literatura. Otro cuestiona sobre lo que representan para él los libros. Y muchas veces las preguntas son más largas que las respuestas.
"La literatura -dice Kiefer- es eminentemente importante para mí. Creo que la poesía es la única realidad de la vida", dice Kiefer. Luego sonríe y se calla.
"¿Utilizará usted algún día un libro electrónico como parte de sus esculturas?", pregunta alguien.
Kiefer sonríe y parece dudar un momento. "Tal vez, pero no ahora", responde finalmente.
Luego habla del libro, como objeto material que lo ha obsesionado desde niño.
"Me acuerdo de algo que me ocurrió con uno de los primeros libros que leí. Yo tenía nueve años y después de terminar el libro miré la contraportada y vi que había sido impreso en 1942", dice.
"Sentí algo raro. Yo había nacido en 1945 y el libro tenía tres años más que yo. Eso son los libros, algo que nos conecta con épocas en las que no estábamos en el mundo", dijo.
Un hombre, de alrededor de sesenta años, pide la palabra para hacer una pregunta y finalmente la hace pero antes pronuncia una especie de discurso contra la obra de Anselm Kiefer.
"Cuando en su obra hay referencias a la Biblia se diferencia de los autores sagrados en que no tiene un vínculo con Dios. En su obra sólo hay ruinas y la omnipotencia del derrumbamiento", afirma.
La moderadora se impacienta durante el discurso del hombre, le interrumpe y le pide que haga finalmente su pregunta. Kiefer, mientras tanto, sonríe y toma notas. La pregunta al fin llega.
"¿Puede una obra como la suya, llena de ruinas, ser un aporte a la paz?", pregunta el hombre.
"Creo que usted es la primera persona que considera que en mi obra sólo hay derrumbamiento. Yo no veo las ruinas como algo negativo sino como un nuevo comienzo. Además tienen algo mágico e invitan a la reflexión. Hubo incluso una época, en el siglo XIX, en que se construían ruinas", responde Kiefer.
El hombre insiste y le dice a Kiefer que él, en su obra malinterpreta la Biblia.
"La Biblia, sobre todo el Viejo Testamento, está tan llena de contradicciones que creo que es imposible malinterpretarla", responde Kiefer. Y sonríe.
Más tarde, se vuelve a hablar de las ruinas y el artista recuerda que de niño jugaba entre las ruinas que habían quedado de la guerra y lamenta que muchas hayan desaparecido.
Kiefer, que actualmente vive en Francia, nació en Donaueschingen, al borde de la Selva Negra, una región cuyos habitantes suelen ser personas herméticas y de pocas palabras. "Nací y crecí en Donaueschingen y la Selva Negra me marcó", admite el artista.
"Cerca de allí vivía además el filósofo Martin Heidegger", agrega, sin profundizar inicialmente en su relación con el autor de obras como "Ser y Tiempo" o "Hölderlin y la esencia de la poesía".
Alguien insiste en el tema de Heidegger y él dice que nunca se encontró con él, pese a que Heidegger enseñaba en la Universidad de Friburgo en la época que Kiefer era estudiante de arte.
"Sin embargo, lo he leído mucho y su obra me ha acompañado y todavía me acompaña", dice.
Con quien Kiefer sí tuvo un contacto directo fue con Joseph Beuys aunque, pese a lo que se dice en muchas biografías breves, nunca fue su alumno en la Academia de Arte de Düsseldorf.
"Cuando conocí a Beuys ya había terminado mis estudios en Friburgo. Pero lo visité con frecuencia, le mostré mis trabajos y discutimos mucho sobre arte. Creo que Beuys fue importante para mí y tiene que ser importante para cualquier artista", dice.
Otra persona le pregunta por la paz. "La paz no es un estado permanente. Creo que si logro reflejar mis propias contradicciones hago algo por la paz", dice.
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