Este artículo se publicó hace 16 años.
Los ladrones de bicicletas, un "oficio" en extinción en China
Los robos de bicicletas son uno de los delitos más frecuentes en China, donde existen mafias dedicadas a ello, y perder varias al año es algo normal para los ciclistas, pero este "oficio" parece encaminado a su extinción a medida que los chinos se pasan al automóvil y la policía incrementa la vigilancia.
Las mafias de ladrones de bicicletas, que incluyen expertos en abrir candados, guardianes de aparcamientos que hacen la "vista gorda" y vendedores de tiendas de segunda mano, están en franca decadencia y seis ministerios llevan a cabo una dura campaña para lograr que desaparezcan para los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de Pekín 2008.
El Ministerio de Seguridad Pública chino reveló esta semana los resultados de esta campaña, iniciada en 2007, y que ha conseguido reducir a la mitad los robos en todo el país: ahora son "sólo" dos millones, y en tres de cada cuatro casos (1,41 millones) la bici fue devuelta a su dueño.
En la campaña fueron detenidos 343.000 ladrones, que han recibido penas de dos ó tres años de prisión en los casos más graves.
Ello supone un robo por cada 250 ciclistas en China, el llamado "Reino de las Bicicletas", que pese al auge de los autos sigue siendo el mayor productor de velocípedos del mundo, con 500 millones, y donde llegó a haber un robo por cada 100 de estos vehículos.
Los ladrones, según las estadísticas del gobierno, siguen prefiriendo las bicicletas sin motor, pese a la moda de las eléctricas en ciudades como Pekín, y así, sólo 376.000 de los 1,41 millones que fueron recuperados llevaban batería.
En Pekín, que quiere dar la mejor imagen posible durante los JJ.OO. del próximo agosto, la campaña todavía ha sido más intensa, y el número de robos se ha reducido en un tercio: el dicho "si no te han robado la bici, no has vivido en esta ciudad" comienza a ser cosa del pasado.
Se acaba en el país asiático el delincuente que Vittorio de Sica retrató en la Roma de la posguerra, o el que mucho después, en 2001, fue retratado por la película china "La bicicleta de Pekín", una joya del cine independiente chino rodada por Wang Xiaoshuai y que se llevó un Oso de Plata aquel año en el Festival de Berlín.
Pero no sólo los policías -que ayer fueron condecorados por esta labor- son los causantes de la decadencia de este tipo de ladrones, sino también la motorización de China, un país donde el parque automovilístico ya es de 65 millones, y todavía tiene mucho espacio para aumentar, con sólo 50 autos por cada mil habitantes.
En ciudades como Pekín o Shangai, la bicicleta se usa cada vez menos, a medida que estas urbes crecen y los habitantes comienzan a tener cada vez más lejos su lugar de trabajo, aunque todavía son utilizadas, por ejemplo, para llevar a los hijos al colegio.
Poco espacio para las dos ruedas, cuyo uso fue estimulado por la China de Mao Zedong en los años 50, 60 y 70, quedará dentro de tres décadas, cuando se calcula que el país asiático sobrepasará a Estados Unidos y se convertirá en el país con más automóviles del mundo.
La lucha contra el robo no sólo se ha centrado en la persecución a los delincuentes, sino también en un mayor control de las ventas en las tiendas, incluidas las "ershou" (de segunda mano).
En muchas de ellas se pide el carné de identidad a quien quiere empeñar su bicicleta, y se ha comenzado a matricular las bicis, aunque estos sistemas todavía no se aplican en todos los lugares.
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