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"Le llamé rubia tonta, pero eso no es un insulto"

La empleada de una empresa de inversiones financieras denuncia a su jefe por discriminación

DANIEL DEL PINO

Las reglas del mundo de los negocios en el Reino Unido son diferentes.  Sobre todo para las mujeres, que tienen que intentar sobrevivir en un ambiente dominado por los hombres y sus normas de conducta machistas. Jordan Wimmer, ex empleada de la empresa de inversión financiera Nomos Capital, está dispuesta a desafiar al sistema y ha demandado a su jefe por discriminación,

Esta canadiense de 29 años tuvo que soportar que su jefe le llamara cosas como rubia, tonta o mujer florero. Términos que para Mark Lowe, el directivo que podría enfrentarse a una indemnización de 4 millones de libras ( 4,5 millones de euros) 'no son un insulto'.

'Ninguna de esas bromas era despectiva', dijo ayer en su defensa. El Tribunal de Londres que lleva el caso tendrá que valorarlo. Pero en esa sala se leyeron este martes algunas cosas que no dejan al millonario Lowe en buen lugar.

El abogado de Wimmer, Julian Wilson, llevó a la vista una colección de las 'bromas' que Lowe solía hacer en público. Definiciones de la mujer como 'material peligroso', e-mails distribuidos entre sus empleados con el título 'guía sobre mujeres de un ingeniero' y chistes del tipo: '¿Quién es tu mejor amigo? mete a tu perro y a tu novia en el maletero de tu coche durante una hora y verás quién te sigue queriendo cuando lo abras'.

Wimmer pudo por fin desahogarse agusto ayer ante el Tribunal, contando como se sentía cada vez que su jefe hacía una broma sobre rubias tontas. La ejecutiva estuvo de baja en tratamiento por depresión y cuando se reincorporó al trabajo Lowe tuvo el detalle de obsequiarle con un e-mail titulado 'genial chiste sobre la rubia tonta'. El mensaje describía a una mujer que era incapaz de distinguir entre un paquete de cereales y un rompecabezas.

Tras la renuncia de la joven y su consiguiente demanda, Lowe reunió a las mujeres de su plantilla y les dijo que 'no esperaba en ningún momento que nadie se molestara por una broma de este tipo. No iba contra nadie en concreto. Nunca se me pasó por la cabeza que alguien se iba a molestar'.

El abogado de Wimmer explicó en la sala que ese tipo de chistes eran un indicativo de la percepción que Lowe tiene sobre las mujeres y que además revelaban 'la costumbre del directivo de hacer referencias sexuales constantemente en su lugar de trabajo'. En un momento de la vista, Wilson se giró a Lowe y le dijo 'Esto explica mucho de usted y por qué encuentra tan graciosas ese tipo de bromas. Usted ve a las mujeres como simples elementos decorativos'.

Pero el numerito no terminó ahí. Wimmer acusó a Lowe de llevar prostitutas a las reuniones de trabajo. El directivo reconoció tal afirmación, aunque dijo que eran sus novias. De prosperar la demanda, tendrá que pagar los cuatro millones de libras de indemnización a su ex empleada, pero eso para una persona cuya fortuna se valora en 100 millones, no parece gran cosa.

La joven canadiense empezó a trabajar en Nomos Capital en 2004 y su salario pronto pasó de 50.000 libras anuales a 577.000 (casi 100 millones de pesetas al año). Su caso, no es lo normal en los despachos de la City londinense.

Un estudio de la Comisión de Igualdad y Derechos publicado la pasada primavera denunciaba que el 60% de las mujeres del centro financiero de Europa cobran menos que los hombres realizando el mismo trabajo.

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